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John intento abrir los ojos, mover la cabeza, los pies, las manos, cualquier parte de su cuerpo, nada le respondió, se sentía consiente pero incapaz de moverse, su último recuerdo era estar en la enfermería de la Ruska Roma, le habían inyectado un calmante y luego no recordaba nada más, no era una buena señal, confiaba en Katia, y como líder de la familia era responsabilidad de ella protegerlo contra cualquier fuerza que quisiera hacerle daño, sin embargo, John sabía que había límites para la lealtad y esperaba no haber encontrado el de la mujer.

Sintió como una aguja se deslizaba desde su brazo izquierdo hacia afuera, no le agradaba saber que estaba medicado, porque eso solo confirmaba sus sospechas, la situación cambiaba, era obvio que ahora debía movilizarse y escapar. Hubo una conversación muy cerca de su cama, hablaban en francés, demasiado autóctono para ser turistas, los dos hombres estaban comparando datos, le habían hecho múltiples pruebas, pero lo que llamo la atención de John fue la palabra ovulación, aquellos doctores sabían que era un Omega y estaban sacando las cuentas de su periodo fértil.

Tenía tanto tiempo sin preocuparse sobre su casta que había olvidado lo que implicaba ser un Omega puro, en el momento en que se casó con Helen recibió una marca en su nuca y fue libre de todas las maneras que habían deseado, pero cuando su alfa se fue, también se fue su marca y la protección que venía con ella. John sabía lo que les pasaba a los Omegas en el mundo de la orden suprema, y no estaba dispuesto a recibir el mismo trato. En cuanto las voces se apagaron y parecieron abandonar el lugar se permitió abrir los ojos, la habitación era lujosa, del tipo que podría encontrar en el continental, pero había equipos médicos alrededor de la cama, las ventanas eran antibalas y el tenía esposas con una larga cadena que sujetaba sus pies a una barra de metal en el centro de la habitación.

-Maldición...-El pelinegro se pasó una mano por la cara con lentitud, aún sentía los músculos extraños-¿Que carajos hizo Katia?

Era obvio que lo había vendido al mejor postor, pero quería saber a quién, la mayoría de los asesinos hubieran venido por el, la cuantiosa cantidad de monedas que ofrecían era casi absurda, pero Katia era inteligente, había cosas que no se podían obtener con dinero, pero las personas que podían darle lo que ella quería no eran muchos, John estaba seguro que aún no habían designado a un nuevo regente y el se había asegurado de matar al último, quien fuera este nuevo personaje tendría un poder absoluto si podía ofrecerle a la Ruska Roma lo que quería.

El pelinegro se sentó en la cama con las piernas temblorosas, lo que sea que le hubieran estado administrando era bastante fuerte, pero lo que en verdad le preocupaba era las esposas con cadena directo a un tubo de metal, había visto muchos idiotas tratar a sus Omegas como animales, amarrados y encerrados en condiciones similares, había matado a muchos por piedad y estaba seguro de que si su única opción era morir, él mismo se dispararía, pero antes quería saber si era posible escapar.

Los dedos le temblaban al intentar forzar el mecanismo de las esposas con la aguja usada del catéter, ya que estaba en el pie, no era tan fácil como solo dislocarse un dedo, en verdad tenía que sacar todo para poder escapar. En el momento en que fue libre de ambas ataduras, sintió un pinchazo en el cuello, al tocarse se dió cuenta que alguien le había disparado una cerbatana, venía con una cápsula de medicamento y una pluma azul bastante llamativa.

-Lo siento señor Wick...-La voz de una mujer le llegó desde atrás -En verdad necesito respuestas...

El pelinegro había comenzado a sentir fuertes mareos, la vista se le estaba nublado y no tenía control de su cuerpo, sintió como unas pequeñas manos le empujaban de vuelta a la cama, a la que él no quería volver.

-¿Quién me?...-Su voz comenzaba a volverse pastosa, no podía controlar su lengua al hablar-¿Quienss me tienenenene en cautiveeerio?...

La chica le miró con tristeza, sus ojos eran de un color verde bastante bonito-Tu futuro alfa...

Nota:El cautiverio es la forma en que se le llama a la acción de un Alfa al encerrar a su Omega, el trato puede ser sobreprotector o violento, pero el simple hecho de encerrarlos ya es cautiverio.

Nota de autor: Gracias a todas las personitas que votan, comentan y están leyendo esta historia, de verdad que son la razón por qué continúo este fanfic.

El Despertar del OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora