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John miro a su cachorro ir y venir por el pasto, revolcarse entre las flores y saltar en la fuente con los peces, en un momento dado decidió que quería compartir esa explosión de energía, empezó a correr y a jugar con el animal, lanzando el único juguete que tenían o simplemente siguiéndolo en sus movimientos, lo que resultó en que ambos estuvieron llenos de barro y pasto para el final del día. John incluso había conseguido caer a la fuente en un mal movimiento, no se lastimo, pero si había logrado empapar su ropa en gran medida, no fue hasta que el guardia puso una cara de preocupación que se dio cuenta de su estado, realmente parecía un soldado salido de las trincheras de una guerra.

Mientras volvían a la casa para tomar un baño, el pelinegro resbaló con una de las rocas del camino de piedra, en la caída se mordió el labio causando así una herida sangrante, en realidad era más escandalosa de lo que se veía, pero no esperaba que el Marqués estuviera en la casa de invitados para una visita, el hombre le miro de arriba abajo, luego a su cachorro, y luego nuevamente a él, frunció el ceño en silenció, como si buscará las palabras correctas en aquella situación, sin embargo John no estaba interesado en nada de lo que pudiera decir.

El pelinegro le tendió la correa del cachorro al guardia, en esas condiciones sabía que no le dejarían llevarlo a su habitación-Pida que por favor lo limpien, y cuando esté listo lo envíen a mí.

Sabiendo que llevarían acabó su pedido, John subió las escaleras hasta su habitación y fue directo al baño, lleno la bañera con agua caliente, necesitaba relajar sus músculos pues planeaba una nueva sección de golpes contra la tobillera de su pie, estaba a punto de quitarse la camisa cuando la puerta se abrió, no estaba acostumbrado a ser interrumpido en un momento tan íntimo, incluso con Helen habían sido contadas las veces en que estuvieron ambos juntos en un espacio tan íntimo, sin embargo hay se encontraba el Marqués, sin la chaqueta del traje y con las mangas arremangadas hasta los codos, no tenía esa expresión siempre burlesca en su rostro, más bien su ceño fruncido no había cambiado.

-Largo-John se quedó quieto en su lugar, aunque estaba seguro de que su tono había sonado como lo que era, una orden, una amenaza.

El otro negó con suavidad-Entre a la bañera señor Wick, no tengo tiempo de lidiar con su mal carácter.

-No necesito su ayuda para darme un baño, soy perfectamente capaz de hacerlo por mi cuenta.

-Lo sé-El Marqués avanzó con pasos decididos y se plantó frente al otro, era solo unos centímetros más alto-Soy consciente de sus capacidades, sin embargo...-Hubo una pausa en la que el hombre se aclaró la garganta y adoptó una posición más firme-Te estoy ordenando Omega que entres a la bañera.

John no pudo evitar removerse en su sitio, tenía años sin recibir una orden por la voz de un Alfa, mucho menos de uno puro, Helen jamás había utilizado su voz en él, le respetaba, sin embargo, el Marqués era del tipo de Alfas acostumbrados a dominar, a obtener lo que querían utilizando su estatus y su casta. El pelinegro suspiró y alzó la vista con furia, ignorar las órdenes de un alfa era una cosa incómoda, en el estado de un celo cercano, como era el caso de John, hasta dolorosa, pero no imposible, estaba seguro que no había impresionado al Marqués, el hombre ni siquiera alteró su gesto, pero fue igual de satisfactorio saber que aún tenía algo de control sobre sí mismo.

-No quiero repetirme señor Wick.

-No lo haga.

Las manos del rubio tomaron la camisa del otro y la jalaron con tal irá que cedió ante la fuerza, se convirtió en girones y cayó al suelo en trozos, los pantalones tuvieron el mismo destinó, sin embargo John no se opuso a la agresividad con la que estaba siendo desnudado, había notado que el Marqués olía agrio, todos sus aromas se estaban descomponiendo en una mezcla ácida que evocaba a la molestia, sin embargo fue consciente que debajo de todo eso había un olor húmedo y triste, el hombre que rasgaba su ropa estaba dolido. No supo que le impulsó a poner sus manos sobre los hombros ajenos y dejar una caricia suave, un consuelo extraño, el otro se tensó y apartó sus manos como si de repente el cuerpo de John quemara.

-El agua va a enfriarse si no entra...-Su voz fue un susurro confuso.

El pelinegro aún tenía los calzoncillos cuando entró a la bañera, se sentó con las piernas estiradas y por algunos segundos se permitió disfrutar de la sensación del agua caliente. Cuando volvió a prestarle atención al Marqués se encontraba sentado justo a la bañera, llevaba una esponja en la mano y estaba haciendo espuma con ella, John le tendió una mano y vio cómo el hombre le daba un baño con suma delicadeza, con extraña concentración. Lavo sus brazos, sus piernas, su pecho y su espalda, se encargó del desastre que era su pelo e incluso afeitó su barba, todo con movimientos ágiles y calculados, John nunca sintió excitación en aquel ambiente, el Marqués llevaba a cabo todas sus acciones desde un estado neutro.

-Voy a salir para que puedas lavarte...-El rubio apartó la mirada mientras secaba sus manos-Te espero afuera.

John no respondió, era la primera vez que recibía un baño, aunque estuvo casado y su convivencia con Helen siempre había sido perfecta, nunca habían hecho algo como eso, se sentía demasiado íntimo y eso lo asustaba, los aromas del Marqués se habían calmado progresivamente, la tristeza afloro con calma y luego fue solo el, sin sentimientos, no hubo ningún tipo de doble intención, lo que le hacía preguntarse seriamente porque había querido consolarlo, no le agradaba, mucho menos quería estar cerca de él, solo podía atribuir sus acciones a un periodo de celo demasiado cercano, tendría que romper la tobillera cuanto antes, si su calor lo atrapaba en aquel lugar era seguro que no podría defenderse de las fuerzas del Marqués.

Salió de la bañera con lentitud y tomó una toalla, seco su cuerpo lo lomejor que pudo y cuando estuvo listo salió a la habitación, encontró al otro sentado frente a una ventana, el brillo del atardecer se reflejaba en su cara con una tranquilidad inusual, parecía que el hombre estaba sumido en sus pensamientos, aunque se giró con suavidad cuando John se sentó en la cama.

-Lastime a mi hermana por mi deseó estúpido de poseerlo únicamente para mí señor Wick.

John le miró con cierta preocupación-¿Qué le hizo a Victoria?

El Marqués suspiró con cansancio y luego sonrió, una mueca ligera que apenas era notoria-Incluso la manera en la que se preocupa por ella me hace sentir celos.

-Es una niña, incluso usted es mucho más joven que yo-El pelinegro apretó las manos en puños y frunció el ceño-Aun no entiendo porque estoy en cautiverio, si es por mi condición de Omega, le aseguro que no podría obtener nada de mí, preferiría morir antes de convertirme en uno de sus amantes.

-La razón por la que habita esta jaula es simplemente poder, si yo doblegó a Babayaga, obtendré el respeto suficiente para gobernarlos a todos.

John sonrió suavemente, ahora comprendía realmente las intenciones del Marqués-Usted quiere convertirse en el nuevo Regente...

El hombre asintió con suavidad-Para lograrlo necesito poder, respeto y algo más...-Sus ojos verdes se enfocaron en la figura del pelinegro, no había malicia en sus ojos, pero si una seriedad abrumadora-Necesito al menos un heredero alfa que pueda tomar mi lugar luego.

El Despertar del OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora