El Despertar del Omega

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-¿Qué diablos les pasó?-Vincent tenía el ceño fruncido mientras miraba la herida de su hermana.

-Los hombres de Katia nos interceptaron mientras nos dirigimos a la boda-Victoria se relajó contra su asiento y suspiro-Si no fuera por la ayuda capaz no habríamos salido vivos.

-¿Ayuda de quién?

John se adelantó-Akira, está con el Rey Bowery, un viejo amigo.

La castaña asintió-Teníamos un teléfono rastreador y pude comprobar con la operadoras que habían doblado el precio por la cabeza de John, al principio pensé que eran hombres de la Ruska Roma, algunos los reconocía de mis visitas, pero luego me di cuenta que solo eran los más adeptos a Katia, uno incluso le hizo frente a John.

-Klaus y yo nunca nos llevamos bien, así que comprendo sus motivos para apoyar a Katia-El pelinegro se retiró el velo con cuidado y lo dejó aun lado-Sin embargo no entiendo exactamente sus motivaciones para ir contra mi, es obvio que me vendió, así que de alguna forma obtuvo beneficios.

-Los obtuvo-El Marqués tomó el velo y lo miró con curiosidad, sus manos dándole vueltas con suavidad-Corte la cabeza de Akoni, permitiéndole tomar el control de los territorios de la Camorra, sin embargo la Directora pidió el control de la Ruska Roma y se lo concedí, el truco estaba en que Katia tomaría el mando de la Camorra sin generar escándalos, pero es ambiciosa, y simplemente comenzó a vengarse-El rubio levantó la vista y la dejó en John-No se quedará así por supuesto…

Victoria se acomodó el vestido al ver que estaban a punto de llegar a la residencia, había sido un viaje en auto un poco incómodo, luego de la breve conversación, su hermano y John, a quien podía llamar por su nombre luego de la boda, se habían sumido en sus propios pensamientos, pronto tendrían que enfrentarse a los invitados, lo que requería que el pelinegro se mostrará tan feliz y tranquilo como en la ceremonia, había desconcertado a Winston y a la Directora, pues el contacto físico entre su hermano y él había sido casual, hasta buscado, incluso ella hubiera podido considerar la opción de síndrome de Estocolmo, si no fuera porque en realidad Baba Yaga no era cualquier Omega.

El jardín había quedado listo el día anterior, mientras se encontraban peleando por sus vidas y durante la ceremonia, los platillos, las bebidas y el pastel habían llegado a la propiedad, los invitados se movían por el lugar socializando, incluso algunos tendrían el descaro de hacer algunos negocios. La castaña vio a lo lejos un grupo de personas en la que Akira resaltaba, pues era la única mujer, quería acercarse para agradecerle su ayuda, pero los hombres con los que se encontraba eran el Rey Bowery, Aurelio y Winston, una triada demasiado interesante como para ignorar, se tomó el atrevimiento sin embargo de enviarle un trago con uno de los camareros, y cuando sus vistas se juntaron le sonrió con amabilidad.

-¿Tendremos un escándalo esta noche Victoria?

La voz provenía de su izquierda, al girarse se encontró con Elionor, llevaba un vestido de color púrpura, sencillo, con una abertura en la pierna sin llegar a ser vulgar, se veía como el tipo de mujer elegante que podía tener a cualquier Alfa a sus pies, y eso la hizo sonreír, su plan no era exactamente poner celoso a John Wick, si no entender porque su comportamiento había cambiado de lucha a sumisión, Vincent tenía la teoría de que iba a pedir algo a cambio, y eso podría ser obvio, pero para ella tenía que haber algo más, y eso obviamente estaba relacionado de alguna forma con su relación de esposos.

-No se a que te refieres, pero me alegra verte, pronto empezarán los bailes y necesito que te pegues a mi hermano como garrapata…-La chica sonrió con cierta burla-Aunque eso lo sabes hacer muy bien.

Elionor rodó los ojos-De verdad me gustaría entender tu plan-La mujer se alzó de hombros pero avanzó por la sala hacia su objetivo, Vincent no estaba demasiado lejos.

Fue una sorpresa interesante darse cuenta que aunque el rubio se encontraba rodeado de un grupo nutrido, sus ojos iban constantemente hacia su esposo, John Wick se encontraba conversando con la Directora, actual líder de la Ruska Roma, parecía relajado, sonreía, pero había algo en su forma que resultaba tenso, como si la conversación en realidad no fuera para nada amable, la mujer también sonreía, aunque en su caso era imposible descifrar sus gestos. Elionor aprovechó su breve inspección para tomar un copa de Champagne, no estaba en aquel lugar por voluntad propia, pero se aseguraría de que como mínimo Baba Yaga supiera que por ningún motivo se metería con su esposo, ya buscaría como.

-Te ves hermosa querida-Vincent le dió un ligero beso en la mejilla mientras deslizaba una de sus manos suavemente sobre su hombro-¿Me pregunto que te trajo a la celebración de mi boda cuando has estado tan renuente a verme?

La rubia sonrió con cierta malicia-Pensé que sería divertido, además de que será la última vez que puedas tontear sin que tú Omega sepa quién soy.

El otro negó-Parecías especialmente preocupada con respecto a que John supiera de tu existencia.

-Aún sigo así…-Sus ojos de un profundo azul se desviaron hacia el hombre de traje blanco-Sin embargo, que sería la vida sin un poco de riesgo.

Quería maldecir internamente, en verdad esperaba que su cuello no estuviera en riesgo antes de convencer a John Wick de que jamás se metería seriamente con Vincent, había revisado su teléfono de camino, las noticias de la orden indicaba que Baba Yaga se había encargado de al menos 60 hombres en el transcurso que llegaba a la ceremonia, y aún así estaba intacto, era simplemente un monstruo al que no quería enfrentarse por un hombre, no valía la pena. Tomó una breve respiración antes de engancharse al brazo del rubio, el primer baile debía ser entre los novios, pero sí esperaba en la posición correcta podría tomar el segundo inmediatamente, y eso técnicamente sería lo que quería Victoria, luego de eso seguiría su propio plan.

-Atención por favor-Victoria se encontraba en el medio de la pista de baile con una suave sonrisa-Es momento del primer baile de los novios…-Se giró a su hermano y luego al pelinegro-Vengan chicos, no sean tímidos.

John fue hasta el centro de la pista, vio al Marqués seguir sus movimientos desde su posición, el hombre había estado entretenido con una mujer rubia, era gracioso pensar que no tenían ni 24 horas casado y ya Vicent estaba socializando con sus amantes, porque en definitiva ella era eso, su lenguaje corporal era demasiado coqueto para ser otra cosa. El vals no les llevó mucho tiempo, algunas vueltas, una pausa, John se dejó llevar con suavidad, la última vez que había bailado así fue en su propia boda con Helen, había estado increíblemente feliz en ese momento, fue un evento sencillo pero lleno de amor, en este caso era todo lo contrario, había ostentación y ni un poco de sentimiento, John no quería al Marqués, para él era solo un factor de sus planes.

Dieron una vuelta y el pelinegro recostó la cabeza en el espacio del cuello contrario, olía a maní, chocolate, canela, coco, sin poder evitarlo sonrió levemente, llevar la farsa era tan fácil como manipular, se apartó un poco y dejó un suave beso en los labios contrarios, un pequeño rose afectivo que las personas a su alrededor verían muy tierno de su parte.

-¿De dónde vino eso?-El Marqués alzó un ceja de manera divertida.

John volvió a sonreír-No tientes la suerte Vincent.

El baile acabó entre aplausos, el pelinegro hubiera preferido perderse entre los invitados pero el rubio le sujetó la mano con fuerza y lo guió hasta lo que parecía ser la mesa de obsequios, John se dejó hacer sin entender qué estaba pasando o fue así hasta que se fijó bien, justo frente de la mesa, con un moño blanco bastante elegante, estaba su perro, el animal movió la cola eufórico y fue a su encuentro, sin poder evitarlo bajó hasta su altura y con una gran sonrisa, le dió un abrazo, luego de su repentina separación, se dió cuenta de lo mucho que extrañaba al animal, era su compañero y el único ser vivo que jamás lo traicionaba, o le causaba dolor. Al separarse vio cómo el cachorro iba hasta donde Vincent y se dejaba acariciar, el rubio le rascó detrás de las orejas con calma antes de llamar a uno de sus hombres para que se hiciera cargo.

-Le cuidarán el resto de la noche y lo llevarán a tu nueva habitación luego-El Marqués le susurro con una sonrisa ligera.

-¿Nueva habitación?-Preguntó con abierta curiosidad.

-Sorpresa para más tarde.

El pelinegro se alzó de hombros con diversión-Ya veremos.