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Nota de autor: Gracias por todo el apoyo que le están dando a este fanfic, de verdad es importante para mí todos sus comentarios, me hacen súper feliz y me motivan.

En realidad, no podía imaginar que su estadía en el continental de Osaka desencadenaría una serie de eventos que le cambiaría la vida, pedirle ayuda a Shimazu había sido una imprudencia de su parte, teniendo en cuenta que su viejo amigo estaba en una posición difícil debido a su control sobre el continental de Osaka. El hombre había plantado cara a las fuerzas del Marques, pero hasta él tenía un límite, ninguno había esperado que Caine estuviera del lado enemigo, era un asesino experimentado con una habilidad insuperable, Shimazu había sido tan bueno como el otro en su juventud, sin embargo, se debían tomar en cuenta heridas de la confrontación anterior, además de los años sobre su cuerpo. John se sorprendió de ver a Akira en el tren, eso solo podía significar que su padre no lo logro, había visto durante muchos años el resentimiento y el dolor en las personas a su alrededor, y se sentí realmente responsable cuando vio a la chica desfallecer sobre uno de los asientos.

-Necesitas a un doctor...-John se acercó y le puso su abrigo sobre los hombros, no podían llamar la atención cuando un montón de asesinos le estaban buscando.

-Shinsekai... Shinsekai...-Akira señalo el mapa del tren mientras su respiración se hacía pesada.

El pelinegro asintió un par de veces, conocía el lugar, se trataba del barrio pobre localizado al sur de Osaka, si tenía la suficiente suerte podría contactar al Rey Bowery en busca de protección. Mientras hacían el viaje, John puso la cabeza de Akira contra uno de sus hombros, las personas alrededor pensarían que eran una pareja de enamorados y les prestarían la mínima atención, recordó cuando Shimazu le dijo que tenía una hija de nueve años, él se encontraba en Londres haciendo un trabajo para la Yakuza, no esperaba ni por asomo que uno de sus compañeros le revelara tal cosa, pues la mayoría de los asesinos son en extremos cautelosos con su vida personal, pero el hombre le mostro fotografías como cualquier padre orgulloso, esa fue la primera vez que se replanteo seriamente la idea de dejar la orden suprema, de tener una vida normal lejos de todo aquello, ahora Shimazu estaba muerto y ella herida de gravedad, todo por su venganza.

-Aquí...Es aquí.

Akira se levantó con dificultad y salió del vagón, sus manos fuertemente agarradas del antebrazo de John, les guio a ambos a través de varias calles hasta un local de comida rápida, los empleados solo les dieron un rápido vistazo antes de llevarles al interior de la tienda, el pelinegro reconocía al doctor, también le había curado heridas en el continental de New York, John también recordó cómo le había disparado calculadamente para que la orden no tomará represalias, era grato ver una cara conocida, pues necesitaba algunos segundos de calma.

-Es un placer verle de nuevo señor Wick...-El hombre se acomodó las gafas sobre el puente de la nariz, no le presto más atención luego de ese gesto, estaba más concentrado en revisar la gravedad de las heridas de Akira.

Sabía que sería un trabajo largo, debía extraer la bala y coser la herida, así que el abandono la habitación, afuera en el pasillo vio un teléfono fijo, levanto el auricular y comenzó a marcar el número de emergencia del Rey Bowery, necesitaba salir de Osaka cuanto antes, quizás volver a Berlín, sabía que la ayuda que necesitaba la encontraría con la Ruska Roma.

-Pizzería el Rey de New York...en que podemos servirle? -La voz de Bowery venia plagada de diversión.

-Salida de Osaka a Berlín...

John escucho el ruido detrás de él y se giró, Akira apoyada en el marco de la puerta le miraba fijamente mientras sujetaba una venda contra la herida, estaba pálida y sudorosa, pero eso no le restaba enojo a su gesto.

-Iré contigo, tengo cuentas pendientes...

El pelinegro suspiro-Salida para dos.

-Ulala John ¿Hiciste amigos?

-¿Sabrás encontrarme? –El pelinegro ignoro las bromas, eran tan comunes que ya casi parecía una nueva forma de comunicación.

-Por supuesto querido, la pizza ya va en camino. 

Nota de autor: Recuerden que, aunque es un omegaverse el género secundario no es algo que estaré agregando en cada situación, solo cuando se importante, en este capítulo ni se menciona pero es porque no era relevante, más adelante ya verán porque no hago tanto hincapié.

El Despertar del OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora