John despertó en medio de la noche, lo sabía porque podía ver la luna a través de los cristales antibalas. No estaba conectado a ningún aparato, tampoco tenía agujas en los brazos, apartó la manta con la que habían cubierto y se sentó en la cama, lo único extraño en su cuerpo era una tobillera de rastreo, no era del tipo del policial que podía burlar un simple delincuentes, esa cosa había sido diseñada para él, lo examinó durante algunos segundos con atención, era de un metal flexible obviamente pulido, suave al tacto y ligero, tenía incluso un escudo familiar que lo marcaba como propiedad. Aunque esa cosa fuera un símbolo del cautiverio, era una buena señal, si sus captores le quisieran muerto no tendrían ese tipo de consideración con él, aunque ni quiera lo hubieran mantenido sedado.
La habitación seguía siendo la misma, aunque está vez podía apreciar el paisaje fuera de las ventanas, el lugar en cuestión era asquerosamente grande, un palacio quizás, del tipo que alguien con mucho poder en la orden podría mantener como su hogar sin ningún problema, sin embargo, lo interesante era el nivel de privacidad, la ciudad era distinguible a una corta distancia, John reconoció el perfil de París, lo que ponía que aquel lugar en una posición poco estratégica, demasiados flancos abiertos a un ataque, quien sea que viviera en aquel lugar confiaba plenamente en su estatus dentro de la orden.
El pelinegro fue hasta la que supuso sería la puerta del baño e intento abrirla, se encontró con una habitación amplia y de color crema, en una de las repisas había un cambio de ropa de su talla, todo en color negro, ni siquiera lo pensó mucho, abrió el agua en la ducha y se metió dentro, sus músculos parecían agradecerle y estaba más que seguro que su cabello necesitaba ser lavado, se preguntó cuándo fue la última vez que había tomado supresores, para este punto probablemente ya tenía olor. Sabía que en la Ruska Roma ya tenía algún halo de Omega, el rastreador se había inclinado ligeramente en su dirección demasiadas veces para ser casualidad, no le ofendía, era consiente por experiencia que su olor era descrito como cautivador, pero se sentía vulnerable, de una forma que muy pocas veces había experimentado.
-Necesito ayuda Helen...-Sus ojos se cerraron y dejo que por algunos segundos le invadiera la tristeza- No fue justo y aun así ahora estoy pagando demasiadas consecuencias...
Después de una larga ducha, John se vistió, peino su cabello y volvió a la habitación, le habían dejado un carrito con lo que el supondría era su cena, había un sándwich de jamón, un vaso de agua y algo de fruta, era otra señal de que sus captores querían mantenerlo vivo, incluso en cautiverio había Omegas a los que no alimentaban, preferían usar sus cuerpos como muñecas sexuales hasta que colapsaban. Hizo una mueca y se dispuso a comer, estaba sorprendentemente bueno igual que la fruta, había estado comiendo lo que sea que tuviera a mano desde que convivía con el Rey Bowery, el hombre tenía predilección por la comida de pequeños restaurantes familiares, aunque John extrañaba hacerlo por sí mismo, la última vez que cocino fue para Helen, lo demás había sido recalentar las cosas que le habían enviado amigos y vecinos.
Extrañaba inmensamente a su esposa, su alfa, su marca, ella le había dado felicidad y tranquilidad, le había dado todo lo que John creía no merecer, pero el destino era cruel, su felicidad duro un tiempo hasta que simplemente ella enfermo y se fue, parecía que su mundo se había ensombrecido rápidamente, todo el sentido de la vida desaparecía, luego cuando llegó Maggie pensó que de alguna forma podría avanzar, superar la inmensa tristeza, y ahora estaba en cautiverio para alguien de la orden por la estupidez de matar a los D'Antonio.
Sin poder evitarlo una risa irónica escapó de sus labios-¿En realidad debería escapar?...
Levantó la vista hacia las ventanas y se fijó en el constante cambio del cielo, comenzaba a salir el sol, empezaba un nuevo día. El Omega se levantó de la cama y observo por largo tiempo el amanecer, como todo a su alrededor tomaba forma y color, activados por la calidez del sol. Fue en su silenciosa contemplación que lo encontró la chica de antes, había entrado a la habitación con una nueva bandeja, está vez usaba una camisa holgada y par de jeans, un estilo más informal.
-Buenos días, traigo el desayuno, cuando termine voy a darle un cambio de ropa para que podamos ir a ver al Márques.
John de sentó en la cama con ligereza-¿Tu nombre es Victoria?
Hubo un asentimiento y luego una ligera sonrisa-Exactamente, soy la encargada de cuidarlo y vigilar que no se mate o haga una masacre dentro de la casa.
El pelinegro frunció el ceño-¿El Marqués es el hombre con el discutidas anteriormente?...
Victoria lo pensó unos segundos antes de que su rostro se iluminará con el recuerdo-No estábamos discutiendo realmente, yo estoy en contra del cautiverio por buenas razones, pero Vincent también tiene las suyas, lo entiendo hasta cierto punto y luego reclamo, usted no deja de ser una persona real señor Wick.
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El Despertar del Omega
FanfictionJohn Wick deberá enfrentar las consecuencias de obtener su venganza, sin embargo, se verá atrapado entre el deseo natural de su casta y la libertad. Historia original para matar el aburrimiento. Todos los derechos de la franquicia a quien correspon...