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Las cosas con Eddie están marchando bastante bien, ambos nos estamos llevando de maravilla en este tiempo, empezamos a salir, nada oficial aún

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Las cosas con Eddie están marchando bastante bien, ambos nos estamos llevando de maravilla en este tiempo, empezamos a salir, nada oficial aún. Estamos tomando las cosas con calma. Solo algunos besos a escondidas y ya. No hemos querido llevar las cosas con prisa, después de todo el tiempo es largo, aunque en su trabajo es difícil saber cuándo las cosas pueden salir mal. Después de lo que paso en el pozo con ese niño y que estuviera perdido bajo tierra después de cortar estúpidamente esa cuerda, ando con el miedo constante de que algo malo pueda ocurrirle, vivo aterrada con cada llamada, pero sé que él no va a dejar de pelear, Chris es su vida entera y no cometerá algún error que acabe con su vida. En fin, las cosas están marchando bastante bien y me siento a gusto con él. Aunque no puedo negar que he notado en ocasiones nervios de su parte cuando intento llevar las cosas más lejos. O tal vez solo sea mi imaginación.

— Bien vamos por un día más. – Gire la mirada al ver llegar a Lily con la mascota del salón misma que tome para dejarla en su lugar. - ¿Cómo estuvo el fin de semana?

— No paro de hablar de lo mucho que quería que el fin de semana terminara para venir a la escuela. – Menciono su madre. – antes había que obligarla a salir de la cama. Gracias por motivarla a venir a la escuela.

— No hay de que. Amo mi trabajo, además Lily es una gran alumna. – Le guiñe un ojo.

El salón estaba poco a poco tomando color, teníamos nuestro muro del arte, lleno de sus pinturas y dibujos de mí. Había color por todos lados y alegría, eso era lo que nos caracterizaba, siempre iniciábamos la clase con una canción distinta, teníamos nuestro baúl de canciones, cientos de papeles con muchos nombres, había aprendido a tocar guitarra tan solo para poder hacer esa actividad y la verdad lo hacía bastante bien. Ellos eran felices y yo absorbía toda esa felicidad, llegaba a casa cargada de cosas positivas y a veces de muchos regalos, aun cuando no era mi cumpleaños ellos llegaban con algún detalle para mí y yo guardaba cada una de esas cartas.

— Entonces ¿Quién me dice el nombre de este animal? – Todos alzaron la mano y yo me quede helada, un fuerte ruido se escuchó a lo lejos. – si Matt.

— Es un hipopótamo.

— Muy bien ¿Quién puede decirme donde vive nuestro amigo hipopótamo?

— En África. – Gritaron todos al mismo tiempo.

— Excelente. Ahora un nuevo amigo, les doy pis... – Me sobresalte nuevamente, ese ruido se había escuchado más cerca y había sido mucho más fuerte. La piel de los brazos se me erizo por completo ante lo evidente. – jugaremos un nuevo juego, escondidas, ustedes se esconden y yo los encontraré. ¡Ahora! – Grite a estos ante el caos que se escuchaba afuera. – necesito que guarden silencio ¿De acuerdo? Nos esconderemos hasta que yo les diga. – todos asintieron. Trague saliva antes de salir del salón, se escuchaban gritos desde todas direcciones y salir había sido el peor de mis errores. Frente a mí un sujeto armado y enmascarado apuntándome con un arma de alto calibre. Lleve una mano a mi estomago al sentir el impacto y con prisa cerré el salón asegurándome de que quedara bien cerrado. Moví mi mano viendo la sangre. – joder. – Como pude saque mi teléfono para poder llamar a emergencias, aunque seguramente más de alguno ya lo había hecho.

On fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora