La brisa fresca de la ciudad de Los Ángeles. Habían pasado unos siete años desde que me fui de la ciudad para seguir mi rumbo de aventuras incontables por el mundo, había dejado mi huella por algunos países, era algo que había querido hacer desde que me gradúe de preparatoria y desde que termine de la universidad y obtuve mi titulo de maestra en la universidad West Point en Dakota del Sur. me había graduado con honores, aunque claro nunca ejercí, apenas me gradúe saque todos mis ahorros y desaparecí del mapa sin decirle a nadie, simplemente tome el primer vuelo al azar. Mi primer destino fue Hong Kong donde prácticamente estuve solo unos días pues no entendía el idioma. Pase las ultimas semanas de mi vida en Australia donde deje varios corazones rotos y solo regrese porque me quede sin dinero para gastar.
Me detuve en la estación de bomberos donde supuestamente trabajaba mi hermano o al menos eso decía en las redes sociales donde se presumía a si mismo y donde las chicas se derretían por verlo. Dios no cambia. Me quede un momento en la calle de enfrente, asegurándome de que fuera el lugar correcto. Pero no había señales de el y su tonta cara. Así que solo me arriesgue arrastrando mi maleta hacia el interior de la estación de bomberos, el lugar era enorme, ya veo porque presumía con tanto afán su empleo. Y hablando de eso, creo que yo tendré que ponerme en marcha y buscar un empleo pronto. Me detuve de golpe al ser interceptada por un chico casi de mi misma altura.
— ¿Señorita?
— Hola...Busco a Evan Buckley.
— Oh debes ser una de sus tantas novias.
— Si. Vine a recogerlo, me prometió tener sexo hace meses y el muy maldito no me responde el teléfono. – Esboce una sonrisa al decir aquello. - ¿Esta aquí?
— Si... - carraspeo un poco. - ¡Buck! – Me cubrí los oídos ante ese grito. - ¡Te busca tu novia!
— ¿Qué nov...? – Las palabras se le quedaron en la boca. Alce la vista viendo a mi hermano desde el segundo piso y tras el varias personas curiosas. Moví mi mano y tuve la intención de avanzar hacia él, pero la expresión en su rostro me hizo detener, creo que mi vida corre peligro. - ¿CJ? ¡Oh, mi Dios! ¡No puede ser! ¡Tu maldita mocosa! – Grito alterado.
— No esperaba esa reacción. – Le susurre al chico a mi lado.
— ¡Te voy a matar CJ!
— ¿Me cuidas mi maleta?
— Ah claro.
— Gracias.
Me encomendé a todos los dioses existentes antes de salir corriendo despavorida evitando el regaño. Estaba consciente de que algo así podría pasar, después de todo me desaparecí por años sin dar señales de mi paradero. Entiendo que mi hermano quiera matarme por ni siquiera llamarlo. Mientras corría por la calle escuchaba sus gritos tras de mí, estaba aterrada, más porque sabia de lo que era capaz. Evan siempre tuvo un carácter explosivo y demasiado sobreprotector conmigo, razón por la que me gustaba molestarlo y hacerlo enfadar. Solo sentí el asfalto contra mi cara al tropezar con la acera.
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On fire
FanficLos miedos se hacen más fuertes a medida que pasa el tiempo. Algunos dicen que los superas, pero en mi caso simplemente los cubría con otras memorias. Pero en algún punto de la vida todas esas cosas vuelven a aparecer.