Momentos de tranquilidad

588 52 6
                                    

Dos semanas llevo en la ciudad, mis padres se han encargado de hacerme sentir bien y tranquila, ayudándome a pensar en cualquier cosa menos en él y esta funcionando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dos semanas llevo en la ciudad, mis padres se han encargado de hacerme sentir bien y tranquila, ayudándome a pensar en cualquier cosa menos en él y esta funcionando. Mantengo mi mente ocupada, me había dedicado durante esa semana a ayudar a papá a remodelar la sala, pintura nueva, muebles nuevos. Había sido una manera divertida de matar el tiempo y claro de mantener mi mente en paz. Estaba dando resultados. Mi teléfono estaba apagado, prefería no tener contacto con el mundo exterior más allá de mis padres, aunque claro que llame a mis hermanos suplicándoles que no mencionaran nada sobre mí, a nadie. En especial a Chimney que es malísimo para guardar secretos. El único que además de mis hermanos que conocía mi paradero era Carter.

Con mi vieja bicicleta, la que no esperaba que mis padres guardaran esa chatarra, pero ahí estaba lista para mí. Comencé a pedalear por la ciudad disfrutando de la brisa veraniega, cálida y fresca contra mi cara mientras iba calle abajo en dirección al cementerio de la ciudad, estaba tardando en ir, mas porque me aterraba el como yo iba a reaccionar. Y más porque era una fecha importante. Un año más desde que se fue. Me detuve en la florería de la señora Davis, aun después de muchos años ese lugar sigue funcionando y sigue prácticamente igual, necesitaba un ramo de flores para llevar a la tumba de Noah, aun recordaba perfectamente el lugar en donde estaba ubicada.

— Gracias, señora Davis.

— De nada linda, no te pierdas.

Acomode el ramo de tulipanes en la canastilla junto con pequeño remolino de viento algo que Noah y yo disfrutábamos. Caminábamos por la montaña llevando uno en la mano para que el viento lo moviera. Tarde un rato en llegar al lugar, la paz era indescriptible y el silencio era una calma. El viento entre los arboles sonaba como una bella melodía. Deje la bicicleta en el camino antes de caminar un par de pasos hasta llegar al lugar en donde estaba la tumba de mi primer amor. Su fotografía seguía en el mismo lugar, todo estaba igual.

— Hola Noah. – Me acomode de rodillas dejando el ramo a un lado y el remolido clavado en un costado. – ha pasado tiempo desde la ultima vez que te vine a ver... son tantas las cosas que tengo que contarte que seguramente estaría todo el día aquí. Sabes, me gradúe, lo logre y viaje por el mundo, como queríamos. Visite todos los lugares que querías conocer y otros tantos que yo quería... - limpie mis lágrimas. – ahora vivo en Los Ángeles y arregle las cosas con mis padres. Me hubiera gustado que estuvieras aquí y vieras todo lo que he logrado, se que estarías orgulloso porque no me rendí. – Di un fuerte grito al sentir una mano en mi hombro. Al girar me encontré con Austin, el hermano mayor de Noah. – por todo lo bueno...

— Lo lamento. – Comenzó a reír. – hola CJ.

— Hola Austin. Dios me diste un susto. – Di golpecitos en mi corazón intentando calmar este. – no es gracioso.

— No creí que te encontraría aquí... - Menciono mientras se arrodillaba a mi lado. – es bueno verte aquí.

— Bueno es un día importante... estoy de paso en la ciudad y tenia que venir a verlo ¿Y tus padres?

On fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora