Decides iniciar una hermosa relación con el amor de tu vida, se casan e intentan formar una familia. Parecía que las cosas podían salir perfectamente bien, ¿o no?
En un momento estás en la cima de tu gloriosa vida pero luego cae en un gran vacío, co...
Aunque las cosas podían salir entre bien o mal para alguien solo era un derrumbe fácilmente después de saber que el entierro fue uno de los peores tipo de cosas enfrente de su ojos.
Duxo ya no era el mismo y ver qué su sonrisa se desvaneció ya nadie lo reconocía. Evitaba las llamadas de sus amigos como de su hermano, se la pasaba llorando abrazando el primer peluche de su pareja le había dado por pasar el primer día de San Valentín juntos, se iba caminando en la lluvia sin importar la ligera hipotermia. Tantas cosas pasaron en una semana que empezó con un leve malestar en su cabeza, mareos.
Una tarde más o menos a un calor que se podía soportar en la ciudad de Lima, Duxo miraba el techo de su sala sin mover ningún músculo, sus ojos tan rojos del llorar ya no sabía si tenía sueño o era por la tristeza más grande del mundo, se le había antojado un snack para al menos que su estómago no estuviera tan vacío, al momento de levantarse sintió un gran mareo algo que se tuvo que agarrar del sofá con cuidado, pensaba que estaba temblando.
Sus ojos los abrió de golpe sintiendo las ganas de ir a vomitar, no soporto más el ardor en su estómago que corrió directamente al baño de visitas para empezar a vomitar, no paraba incluso empezó a sentir su cuerpo por completamente frío. Así pasaron un par de minutos cuando se encontraba en la esquina del baño casi sin fuerzas, solo se limpio la boca con un poco de papel, bajo la palanca para así lavarse los dientes.
—Que asco webon...ya no me siento como el de antes...
Solo se fue a cama a recortarse un poco y que se le fuera todo la asquerosidad del cuerpo... nuevamente abrazaba la almohada donde dormía su esposo para dejar escapar algunas lágrimas, no sabía en qué momento lo podía superar la muerte de alguien que conoció años atrás. Los malestares continuaron dándose entender que esto ya no era normal, últimamente no había comido del todo bien pero al menos no comía cosas tan asquerosas.
No podía con el malestar que hasta le dio un resfriado sintiéndose más mal, no tuvo otra opción que llamar a su hermano como mejor amiga. Lucasta y Mictia.
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Al par de casi media hora los dos ya estaban en casa de el azabache. Lucasta tocaría la puerta levemente intentando tener una respuesta de su hermano. Mictia tenía una canasta de frutas para al menos que consumiera un poco de estos.
Al cabo de unos segundos Duxo abría la puerta dejando ver su rostro casi pálido y perdiendo cada día más el apetito algo que preocupo a su hermano mayor, lo tomo en sus brazos y tocando su frente.
—Estas ardiendo...te llevaré a cama rápido — Lucasta con todas sus fuerzas lo llevo en sus brazos.
Duxo casi perdía la consciencia en los brazos de su hermano pero aún así se quiso mantener fuerte para no causarle más miedo de los que tenía. Llegando a la recámara lo acostaron levemente para que empezarán a ayudarlo muchísimo.
