Cuando comenzó amanecer el clima era súper frío así que mucha gente se iba a trabajar con muchos abrigos como bufandas protegiéndose del frío. Mientras tantos un embarazado abría levemente los ojos sintiendo la calidez de una mano y al abrirlo completamente sus ojos noto a Aquino en su cama, en vez de gritar podía contemplar como dormía como un ángel, una leve sonrisa apareció en su rostro y viendo que jamás soltaron sus manos en toda la noche.
Mello dormía a todo dar sin mover ni un músculo, Duxo acaricia su vientre donde le daba los buenos días a su bebé que aún no había exactamente un movimiento dentro de su estómago pero seguramente pasar unas semanas ya podía más que todo saludar a su papá.
No quería despertar a su amigo así que mejor decidió observar el techo con mucho silencio sin tener que hablar por si solo o empezar a tener algunas fantasías en sus sueños. Dentro de 5 minutos el joven castaño soltaría un gran bostezo para despertar y ver a su amigo viéndolo con una sonrisa.
—Buenos días dormilón — Duxo reía levemente.
—Mmm buenos días Duxo...¿Qué hora es?
—Es temprano, hace mucho frío y eso me hace no levantarme de cama. Mejor hay que quedarnos un rato más.
—Pero tenemos cosas que hacer el día de hoy, además tu mismo me dijiste que hay que empezar a decorar la habitación de tu bebé.
—Si pero mejor mañana, tengo mucho frío y quiero platicar un rato contigo.
Y eso hicieron, mejor quisieron estar en cama por unos minutos más para comenzar a decir sus trabajos como para estos planes el día de hoy. Entre esas platicas salió el tema de que la tía de Locochon haría un evento grande donde estarían invitados su hermano y él junto con sus amigos, en pocas palabras, un banquete familiar. Aquino le parecía buena idea asistir y viendo si su agenda no era tan ocupada, ya vería después.
Terminaron levantándose de la cama como a las 9:00 am donde deciden ir a desayunar algo en el comedor, las mascota de Aquino comenzó a ladrarle algo que preocupo a su dueño, volteaba a ver qué Duxo no podía levantarse de la cama algo que empezó a reírse.
Con mucha ayuda y sobretodo el cuidado levantaron al muchacho donde su hijo ya ni podía levantar de lo pesado que estaba. Duxo se canso demasiado que tuvo que recuperar la postura por unos segundos, viendo que próximamente su ropa no le iba a quedar.
Ambos bajaron las escaleras para ver qué cosas habían en el refrigerador para averiguar, decidieron hacer sándwiches muy nutritivos. Le pareció buena idea que comenzaron ayudarse entre si pero a Duxo le agarro el momento de comer todo lo que quería que terminó comiendo un pedazo de pastel de fresa. Esos antojos marcaban mucho en su vientre.
—Te dije que te esperaras.
—¡Perdón Aquino! Es que lo ví y comencé a comerlo, culpa a mi bebé que es el que come más.
Pero no lo podía regañar casi todos los días así que eso fue lo que pasó, el castaño solo se sonrojo más el ver ese puchero que tanto ama ver de ese chico así que no dijo nada más. Los sandwiches estarían listos para la ocasión.
Comiendo mientras bebían un poco de jugo de naranja natural donde Duxo comía como si no hubiera un mañana algo que al mayor le preocupo pero está bien, así son los antojos de embarazos. Entre el silencio de la casa no dijeron nada más...solo faltaba organizar está tarde la habitación de su hijo.
Era hora de ponerle un ambiente más elaborado a una habitación más sola pero a la vez muy limpia. La habitación de la bendición de Duxo.
Habían brochas, pintura, mobiliario, adornos y sobre todo mucha iluminación en caso de que el niño esté un poco asustado.
Aquino vestía pantalones cómodos como unos zapatos algo sucios, una camisa blanca y por supuesto una pequeña liga en caso de que estorbe muchísimo su cabello. Mientras tanto Duxo estaba en la misma situación solo que este no ayudaría mucho, solo le indicaría como iba una cosa en un lugar para otro lugar.
Comenzaron en destapar las latas de pintura de un azulado cielo casi al blanco pasando por las brochas y comenzando a pintar todo el lugar. Entre esos momentos icónicos pasaron a qué la pintura se seque un poco, sin embargo los momentos de ellos dos fueron ensuciando sus camisas como rostro de pequeñas gotas de pintura, las risas era todo lo que hacía falta en esa casa.
A partir de unos cuantos largos minutos la pintura ya empezó a secar para así armar todo los mobiliarios que llevaría el pequeño pingüino.
Tomaría las piezas de la cuna donde varios tornillos como destornilladores se juntaban de a poco. Duxo recargado en el marco de la puerta pegando adornos de cubos, sobre todo un adorable oso de peluche de goma. También comenzaron agregar diseños en la pared como una pelota, aviones de papeles y nubes muy pero muy hermosas que parece encontrar la paz mental.
—No recuerdo tener un martillo en las herramientas, veré qué podré hacer.
—¿Que quieres poner Duxo?
—Unos cuadros, seguramente no recuerdo exactamente donde lo haya guardado, ¿podrías investigar? Esta en el garaje.
Así fue como rápidamente dejo las cosas que tenía para apurarse en encontrar el martillo. Duxo se recargaba en la pared para ver qué el espacio está quedando muy bien y algo que su corazón comenzó a latir muy fuerte de la emoción. Lágrimas caían para así resbalar por su mejilla por completo que limpio rápido.
Acariciando su vientre levemente donde le decía cada cosa bella a su bebé recibiendo un gran cosquilleo dentro de su cuerpo, tal parece que respondía ante esas preguntas como cariños en su alma. Prometía ser buen padre.
—Mi hijo...cuando te tenga en mis brazos serás lo mejor que tengo en este mundo, eres un regalo tan hermoso que la vida me pudo dar.
Aquino regresaría con el martillo escuchando a lo lejos a su amigo hablar con el bebé, comenzó a dar pequeños pasos para seguir escuchando. Tal noticia hizo poner de buen humor al abogado.
—Sobre todo le debo agradecer a Aquino...se que él será un buen padre.
Y su corazón latió más rápido de esa confesión que dejo caer el martillo en su pie escuchandose un gran grito de fondo algo que a Duxo asusto demasiado y ver qué su amigo estaba en el suelo aguantado el dolor. Se pregunto si andaba bien algo asintió varias veces intentando que no escape ninguna lágrima del dolor.
Tomo el martillo y siguieron trabajando.
•••
Habían tardado casi 4 horas en terminar todo ese mobiliario como decoraciones de la habitación dejando ver un gran espacio como muy buen color en ese lugar. Peluches como poca iluminación en el cuarto dejando ver qué los dos padres hicieron su mejor esfuerzo.
Duxo tan emocionado que empezó hacerle ilusión de ya tener su bebé en brazos algo que Aquino le dijo que tome todo en calma y que aún le faltaban más cosas para vivir su primer embarazo pero es que la emoción le ganaba que no tenía palabras para explicar lo hermoso que se ve el lugar donde dormirá su angelito.
—En verdad gracias por ayudarme en la habitación de mi bebé, seguramente a ti también te gustó ordenarla conmigo — el ojivioleta ponía sus manos en su vientre.
—No hay que agradecer en verdad, siempre seré un gran padre para él bebé que venga en camino. Ya será luego si tú quieres agregar más cosas a esta habitación — sus manos también se colocaron en el vientre de su amigo.
Esa momento lleno de ternura se hizo presente en ambos donde con solo mirarse a los ojos volvieron a sonreír con mucha alegría. Aquino quería dar el primer paso pero mejor retrocedió quedándose con las ganas de decirle que lo ama.
El menor salto hacia sus brazos para darle un abrazo donde podía escuchar las risas del chico embarazado. El castaño río con el para saber que pronto ambos iban hacer padres de un angelito. Debían cuidarlo mejor que nunca.
Sin que le pase nada como a su padre.
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~♥𝓓𝓮𝓳𝓪𝓶𝓮 𝓼𝓮𝓻 𝓮𝓵 𝓹𝓪𝓭𝓻𝓮 𝓭𝓮 𝓽𝓾 𝓱𝓲𝓳𝓸//𝐷𝑈𝑋𝐼𝑁𝑂♥️~//✅
FanfictionDecides iniciar una hermosa relación con el amor de tu vida, se casan e intentan formar una familia. Parecía que las cosas podían salir perfectamente bien, ¿o no? En un momento estás en la cima de tu gloriosa vida pero luego cae en un gran vacío, co...