NATALIE
Desde que William me había dejado en el apartamento, no había podido parar de darle vueltas a lo mal que había salido todo. Y al error que había cometido al no haber sido sincera con él antes.
Le había ocultado el detalle de que Dereck era mi exnovio por la simple razón de que no me apetecía hablar de ello, pero si hubiera sabido que iba a ser para peor... se lo habría dicho el primer día. Podía entender su enfado, pero esperaba que, como amigo mío que era, pudiera él entenderme a mí.
Cuando se hizo la hora de entrar al trabajo, William también me hizo el favor de recogerme en coche para no tener que hacer uso del autobús, y cuando nos postramos ante la puerta de cristal para abrirla, sentí que la incertidumbre me invadía. No sabía cómo iba a ser nuestra jornada, y mucho menos lo que iba a pasar cuando Dereck y él se volvieran a encontrar. Cuando él y yo nos volviéramos a mirar.
Solo sabía que la situación iba a ser incómoda. Al menos para mí.
Esa tarde me tocaba encargarme de las llaves del Presley's, lo que implicaba abrirlo y cerrarlo, ya que Maggie iba a estar muy ajetreada entre recados y asuntos suyos. Sus órdenes en el mensaje de texto habían sido muy claras: William en cocina, Dereck y yo en la barra. Aludiendo, además, que el turno de William era más corto que el nuestro.
Cuando entramos, me quedé extrañada al ver que la puerta no tenía puesto el pestillo como así debía ser, y pronto pasé al asombro cuando en mi campo de visión se coló la presencia de Dereck en el interior del local.
—¿Cómo has entrado? —cuestioné de inmediato—. Se supone que yo me encargo de las llaves.
—Llegáis tarde. —Los ojos verdes de Dereck pasaron de mirarme a mí a mirar a Will durante tres veces seguidas. No llegábamos tarde como tal, solo habíamos tenido cinco minutos de atraso por culpa del atasco en el corazón de Los Ángeles.
—O quizás tú llegas demasiado pronto —respondió Will, mirando la hora con escepticismo.
Dereck, en cambio, se ahorró el contestarle y fijó su atención en mí para responder a mi pregunta. Ahora su mueca parecía ser diferente, presentar una mayor apatía hacia mí que hacía unas horas.
—Maggie me ha dado una copia de las llaves por si acaso —dijo, mientras hacía girar ese llavero en uno de sus dedos. Estaba con una sonrisa de suficiencia en su rostro, la primera en todo el día—. Parece que en mí también confía lo suficiente para este tipo de cosas. No eres la única.
Me contuve para no rodar los ojos. Después de todo, parecía que Dereck había escalado puestos y ganado puntos a ojos de la abuela de Sean. Le había cogido casi el mismo cariño que a mí en muy poco tiempo, pero no me extrañaba en absoluto teniendo en cuanto que el chico de ojos verdes sabía cómo encandilar a las personas. Sabía perfectamente cómo dar una imagen de niño bueno y responsable ante gente que no se podían ni imaginar cómo era realmente y lo que hacía en su tiempo libre.
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Desde que Tú no Estás. © #2
Teen FictionSegunda parte de "Desde que Llegaste". ¿Qué pasa cuando te reencuentras con tu exnovio? ¿Y cuando te das cuenta de que, a pesar del daño, tu corazón sigue sintiendo por él? Que nada sale como esperas y que todo vuelve a ser un caos. (Sinopsis comple...