Capítulo XVIII

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Décima octava situación:

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Décima octava situación:

Se sentó en el suelo del balcón de su cuarto. Suspiró mientras seguía doblando aquel pedazo de papel hasta que obtuvo lo que quería hacer. Un pequeño adivinador de papel. Rió sin gracia.

—A ver... ¿Comeré algo rico ahora en la noche? – Movió sus dedos cinco veces. Los números ocho, tres, cuatro y siete. Abrió el siete. La respuesta fue "tal vez". —Y... ¿Papá me dejara volver a pintar? – Movió otra vez sus dedos.

La respuesta fue no.

—¿Ahora hablas sola? –Pudo oír una risa luego de esa pregunta. T/N miró al frente, Donatello volaba gracias a su battle-shell.

—Mira... Una rata voladora... –Volvió su vista desinteresada a su adivinador de papel.

—¿Vas a ignorarme? –Ella soltó una risa antes de palmear su lado para que Donatello se sentara allí. Y así lo hizo.

Curioso, notó que los ojos de ella estaban con ojeras y su cabello estaba sin peinar.

—¿Que te pasó? –Preguntó.

—¿Realmente te importa? –

—Ah, si... –

—No se notó en tu tono de voz ¿Sabes? –Ella se rió un poco al ver su cara sorprendida.

—Mmh... ¿Pasó algo? –Volvió a preguntar una vez más, intentando ahora que su voz sonara más tranquila y menos seria y monótona.

—Ja... Eres chismoso. – Soltó ella. —Pero... Si tanto quieres saberlo... Podrías comprarme algo para comer. –Donatello la miró con una expresión amargada, como si le dijera que ni loco haría eso. Entonces T/N se encogió de hombros.—Como quieras. – Y siguió jugando con su adivinador de papel.

Donatello soltó un fuerte suspiro antes de salir volando por el balcón. No tardó mucho antes de volver con una bolsa de gomitas con azúcar. De las que había visto a T/N comer.

—Espera... ¿De verdad fuiste? –

—Solo acéptala. – Iba a tomarla emocionada, pero Donatello fue más rápido y las alejó un poco. —Vamos, tómala antes de que yo los coma. –

—Jaja. –Y se levantó.

Se volvieron a sentar en aquel balcón, los pies de ella colgaron del balcón mientras que Donatello se sentó con las piernas cruzadas. Sin pensarlo, T/N se recostó en su hombro, abriendo aquella bolsa de dulces antes de sacar y comer una gomita.

Como -NO- Enamorarse de Alguien en Treinta Situaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora