Capítulo XXII

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Vigésima segunda situación:

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Vigésima segunda situación:

Donatello se veía bastante nervioso y ansioso. Sus manos inquietas jugaban entre ellas para autogestionarse y miraba para todas partes para que no hubiera nada fuera de lugar.

Eso sorprendió a sus hermanos, incluso a su padre. Pues de todos, morado sería el menos interesado en dar una buena impresión al alguien fuera de su familia, y eso que T/N ya había estado allí.

Sus hermanos solo observan desde afuera la situación, riéndose de él en silencio para al menos no molestarlo tanto, después, no tendrían compasión.

—Deberías relajarte un poco. – Le dijo Leonardo, pasando un brazo a su alrededor. Pero Donatello se separa de él y rueda sus ojos. Era obvio que ellos no lo entenderian. Pero quería que la chica se sintiera cómoda allí, y que él pudiera dar una buena impresión.

—No lo entiendes, Leo. Es que está enamorado. – Ese fue Angelo, quién juntó sus manos y lo dijo con un tono soñador. Molestando aún más a Donatello.

Enamorado era una palabra más fuerte. Mucho más fuerte.

—Verdad... Dee enamorado... – Leonardo se ríe. Donatello se separó de él y bufa, caminando hasta su laboratorio para darle una última mirada antes de que la chica llegara.

Shelldon voló a su alrededor emocionado. Feliz al saber que T/N iría a la guarida.

—Tal vez juguemos. ¡Oh! Podría enseñarle nuestro salón de videojuegos... O ver una película ¿Que clase de películas le gustarán? –

—Shelldon, solo viene para ver esto... – Mencionó Donatello.

Shelldon lo miró y asintió con desgano.

Se sentó en la silla, curzandose de brazos, respirando hondo. Solo tenía que ser como siempre lo ha sido, el mismo tipo serio que ella creía que era. No era algo difícil, no es como.so fuera super abierto con sus sentimientos.

Pero la había invitado por gusto. Y no podía evitar sentirse nervioso y ansioso.

¿Y si ella no se sentía cómoda a su lado?

No le importaria realmente, siempre tendría la opción de irse, y, aún así, solo esperaba verla y saber que ella estaría bien a su lado.

Sus mejillas se sonroajdon con fuerza ante ese pensamiento. Tan intrusivo que era imposible tener un control sobre él. La sola idea de verla reír a su lado lo hacía sentirse inquieto.

—¡Dee! ¡Ella ya llegó! – Tan pronto como escuchó la voz de Leonardo diciéndole eso, Donatello se acomodó su battle-shell y salió de su laboratorio esperando que nada malo saliera aquella tarde.

Shelldon pasó con rapidez hasta llegar a ella. Pudo oír su risa mientras saludaba a Shelldon juntando su mejilla como hicieron la noche anterior.

Donatello hizo un pequeño ruido para ser notado, entonces T/N llegó con él. Parándose frente a él sin saber realmente que decir. Nerviosa acomodó su cabello y miró sus pies.

Como -NO- Enamorarse de Alguien en Treinta Situaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora