Capítulo XIX

1.4K 225 24
                                    

Décima novena situación:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Décima novena situación:

—¿Me vas a llevar al basurero otra vez? – Preguntó con impaciencia una vez más T/N. Donatello nuevamente rodó sus ojos antes de negar como por quinta vez consecutiva. —Entonces dime a dónde me llevas. –

—Que no, mujer. Por la ciencia, solo quédate callada y espera. – T/N bufa cruzándose de brazos mientras rueda sus ojos. No estaba molesta, pero la paciencia no era una virtud que ahora tuviera. Menos si se trataba del chico que solía no querer ver jamás.

—Bueno... Viendo que no me vas a decir a donde me llevas ¿Podrías al menos decirme que haremos? Porque... Bueno, tu no eres muy confiable. –

—¿Disculpa? Soy super confiable, un genio nato que jamás ha... –

—Ay dios, Donnie, en serio... Solo dime a dónde me llevas.– T/N le interrumpió.

—Si sigues así, comenzaré a arrepentirme.–

T/N se calló. Sujetándose un poco más fuerte de Donatello para no caer mientras notaba que ahora bajaban hasta llegar a un callejón. Caminaron varios minutos en silencio, con apenas el sonido de sus pisadas que hacían eco en las alcantarillas y solo las luces que Donnie tenia en su caparazón. T/N se aferró a su brazo, fingiendo que no tenía cierto temor de adónde la llevaría. Pero tampoco desconfiaba tanto, después de todo, Donatello no era un tipo realmente malo.

No pasó mucho tiempo realmente cuando casi al final del túnel, se podían divisar luces neón de colores. Sonrió cuando vió tres siluetas levantarse del suelo y caminar a ellos.

El túnel acabó y dió paso a una gran sala. Con luces led decorado el techo y varios graffitis por todos lados. Había una rampa y un puff para sentarse. Aún así, no era parte del hogar de las tortugas.

Angelo fue el primero en acercarse a ellos, atrapando en un gran abrazo a la chica. Pues él ya sabía a qué iban y el porque estaban allí.

Aceptó gustosa aquel abrazo, curiosa y extrañada de la situación, también saludó a Ralphael y a Leonardo, quienes también estaba allí acompañando.

—Okey... ¿Me dirás ahora que hacemos aquí? – Preguntó a Donatello.

Donatello caminó hasta aquel bolso que le pidió a su hermano menor llevar. Sacó una lata de pintura y se la lanzó a la chica.

—Pinta. – Le dijo, T/N lo miró sorprendida, sin saber que decir realmente. Donatello suspiró y se acercó más a ella. —Te traje para que puedas pintar, no necesitas que nadie te diga si puedes hacerlo o no. –

Como -NO- Enamorarse de Alguien en Treinta Situaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora