Capítulo V

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Quinta situación:

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Quinta situación:


Los ojos de Donatello brillan cuando su vista llega al cómic que tanto tiempo había estado buscando.

Intentó comprarlo por internet, pero a la primera semana ya estaba agotado y realmente lo quería. Había incluso hecho la fila online para poder tenerlo cuando estuvo en preventa y aún así, no lo había logrado.

Sus hermanos se habían ido a otra parte, por lo que aprovechó para buscar ese tan preciado cómic y comprarlo, realmente lo quería.

Se mueve entre las personas para llegar a él. Sonriendo cuando casi lo tiene entre sus manos.

—¡Es el último! – Una voz femenina lo interrumpe. Abriendo sus ojos con sorpresa cuando ve a aquella chica que le molestaba.

Oh, detestaba ver esos ojos brillantes.

Su ceño se frunce un poco. Tomando con rapidez el cómic, al mismo tiempo que ella.

—¡Yo lo vi primero! – Le grita ella, sosteniéndolo de un lado.

Donatello se hace el ofendido. Abriendo su boca dispuesto a defender el cómic que él claramente vió primero.

La chica empuja hacia su cuerpo el cómic. Donatello hace lo mismo.

—Yo lo encontré primero, así que es mío. – Le dice Donatello.

—No veo tu nombre en él. – La chica toma más fuerte el cómic, sin dejar que Donatello se quedará con él. No, esperó mucho tiempo por el cómic como para que él se lo ganara.

—Tu... –

—Vamos, suéltalo. –

—No, yo lo tomé primero. – Iba a tirarlo hacia él cuando una persona desconocida sin querer empujó a T/N. Ambos por la sorpresa soltaron el cómic, dejándolo caer al suelo.

Donatello atrapó a la chica, tomándola de la cintura mientras el cómic se alejaba de él por la caída. Diablos, deberá ser un poco más rápido si lo quería, era el último, por ende, no podía darse el lujo de perderlo de vista.

—Hmm. Cof, cof... – Una tos falsa llamó su atención.

Notando así a la chica que tenía en sus brazos.

Oh, era ella.

Sus ojos se fijaron en los de ella, dejando salir su decepción al verla. No quería verla ahora. Inevitablemente igual lo hizo, observando con detenimiento sus ojos, sus pestañas y sus mejillas rosadas. Sus labios entre abiertos y como luego fruncía su entrecejo, probablemente muy molesta.

Como -NO- Enamorarse de Alguien en Treinta Situaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora