Capítulo XXV

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Vigésima quinta situación:

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Vigésima quinta situación:

—¡Lo peor es que la profe cree que voy a aprenderme todas esas fórmulas! – Donatello oía a la chica a través de un audio que ella le mandaba. Riéndose cuando la oye quejarse de la escuela como si nunca lo hiciera.

Había pasado una semana desde que obtuvo su número de teléfono. La chica le mandaba muchos vídeos que ella encontraba divertidos y era quien más hablaba entre los dos. Aún así, realmente Donatello no se molestaba demasiado en eso, le gustaba oírla hablar. En especial cuando ya daban casi las tres de la mañana, como en ese momento.

—Aún así, pude terminar el trabajo... – Siguió ella hablando. —Un compañero me ayudó. –

—Yo podría haberte ayudado... – Dijo en su habitación, aunque claro que ella no lo sabría.

Un nuevo audio le llegó.

—Como sea, lo bueno es que ya es viernes... – Donatello tecleó con rapidez en su teléfono, mandándole aquel mensaje. Un nuevo audio le llegó. —Claro que iré a la guarida, Dee. – La escicho bostezar a través del audio. —Pero ahora me iré a dormir... Hace sueño... Nos vemos mañana... –

Donatello volvió a reproducir el audio. T/N se desconectó del chat, aún así él se quedó allí, volviendo a reproducirlo una vez más. Cómo si fuera un audio sin fin.

Sonriendo al oírla.

Debería hacerlo... Se dijo... Si, debería hacerlo.

⊹⊹

—¡Que no, Dee! – Ella rió mientras le quitaba el joystick, apretando los botones con rapidez para que el personaje en pantalla comenzara ahora a golpear al oponente. Donatello la miró ofendido. —¡Eres malo para esto! ¡No me mires así! –

Iba a reclamarle de vuelta. Pero ella tenía razón, por eso es que a veces hacia trampa en aquel juego. Así que, y aunque se hiciera el ofendido, dejó que ella siguiera con el juego mientras le gritaba que debia golpearlo más fuerte.

—¡Que no! ¡Yo sé hacer el combo! – Le gritaba ella de vuelta.

Hasta que dió el golpe final que hizo a T/N vencedora en aquella partida.

—¡Ja! ¡¿Ves?! – Comenzó un pequeño baile de victoria, mientras Donatello la miraba con gracia.

Lo había estado pensando por un tiempo. Donatello realmente sentía su corazón latir con fuerza cuando la veía a ella y ahora no era la excepción. Pero de eso ahora no eran sus pensamientos... Quería que algo más sucediera entre ellos.

Cosas como lo que hacían las personas cuando saben que les gusta la otra persona. Salir juntos.

Donatello quería eso.

Ella dejó de moverse como un gusano en su asiento, quedándose quieta cuando siente la insistente mirada de Donatello en ella.

Con vergüenza se sienta derecha en la silla. Carraspeandl cuando comienza a sentirse más nerviosa.

—¿Q-Qué tanto miras? –

Donatello iba a acercar su mano a la de ella. Tal vez podría en ese momento decírselo...

Negó.

—¡Ah, si! – La chica con rapidez se levantó de la silla y buscó en su mochila el trabajo que había hecho ese día. —¿Ves esto? – Donatello asintió. —Es lo que la profe quiere que nos aprendamos ¡Son muchas cosas! Te dije que estaba loca ¡¿Cómo voy a aprender esto para el martes?! –

T/N siguió hablando de esa situación, sin darse cuenta de que Donatello se a acercado a ella, tomando la guía y llamando a Shelldon.

—¡Shelly! – Shelldon voló a su alrededor antes de saludarla como solía hacerlo, pegando sus mejillas con cariño.

—Sabes que podemos ayudarte, T/N. Puedo ayudarte a memorizar esto... Y... Así no tienes que buscar ayuda en alguien más... – Se sintió como un tonto por decir lo último. No se había dado cuenta de que lo dijo hasta que vió la sonrisa de T/N divertida. Cómo si esperara que él dijera eso.

—¿Me ayudarías? –

—Bueno, a pesar de que sabes de robótica, pareces ser una cabeza dura. – Dijo Donatello para desviar la atención de que en el fondo, lo hacía para que ella no tuviera que pedirle ayuda a su compañero de clases.

—¡Oye! Solo se me olvidan algunas, soy menos cabeza dura que tú. – Respondió ella realmente sin estar molesta.

Dentro de todo, solo estaban siendo amistosos con el otro.

—No le hables así a mamá. – Dijo de repente Shelldon, llamando la atencion de ambos.

Se miraron a los ojos, claramente nerviosos por lo que Shelldon había dicho.

—S-Shelldon no es... – T/N intenta negarlo, más que nada, porque no quiere que Donatello sepa que en el fondo, podría no negarse a esa petición.

Pero Donatello no lo niega realmente.

Solo mira a su creación con una sonrisa.

—¡Dee, dile algo! – T/N se encontraba sumamente avergonzada.

—Mmm... Bueno, tampoco es mala idea. – Se encogió de hombros, analizando entonces ahora la reacción de la chica.

Si pudiera solo ver si tenía alguna oportunidad...

Y T/N tapó su rostro rojo de la vergüenza. Sintiendo sus mejillas calientes igual que sus orejas.

—Podría... Considerarlo... – Contestó. Tomando sus cosas antes de irse de la sala de videojuegos para no sentirse así.

Donatello miró sorprendido hacia donde la chica se fue.

¿Fue acaso eso una afirmación?

¿Realmente tenía una oportunidad?

Shelldon sonrió. Eso había salido mejor de lo que esperaba.

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Como -NO- Enamorarse de Alguien en Treinta Situaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora