Especial I

1.3K 169 23
                                    

—Solo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Solo... Dame ideas, Nardo. –

—El gran Donatello no puede con una cita.– Se burló.

—¡Ya! Es suficiente. Si no vas a... –

—Ya, ya, ya. – De repente Angelo llamó la atención de los dos, con un semblante serio pero tranquilo y con esa calmada voz comenzó a hablar. —Debemos por favor, mantener la calma. – Dijo acomodándose los lentes.

Donatello bufó antes de sentarse en silencio, no lo diría, pero Angelo le ha ayudado más de lo que podría admitir, en especial cuando se trataba de sus propios sentimientos. No necesariamente sobre T/N, sino con sus emociones en general.

Asique le hace caso.

Leonardo por otro lado, se ríe. Donatello era dócil cuando se trataba de su novia. Y aún más cuando Angelo también se metía.

—Cuentale lo que sucede, al doctor sentimientos. –

—Una cita... Con T/N. – Dijo avergonzado. Fácilmente podría haber buscado la información en internet.

Lo hizo.

Y no le convenció.

Así que decidió buscar más ayuda, aunque estuviera fuera de lo que haría.

—Bien, una cita con tu novia. – Donatello sonrió al oír aquella palabra. Recién llevaban seis meses y era lindo oírla. —Claro que podemos ayudarte. –

Y así lo hicieron.

⊹⊹

Realmente Donatello no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, se sentía como un tonto mientras en sus manos llevaba aquel ramo de flores. No es como si antes hubiera tenido guna novia, así que realmente no sabía que hacer en estos momentos. Pero lo intentaba.

Fijó su vista al frente, viendo a T/N salir de la escuela con una gran sonrisa mientras se despedía de sus amigos y correr hacia él al verlo. Su sonrisa se ensancha más al ver las flores. Eran sus favoritas. Lo cuál lo hacía mil veces más especial.

—¿C-como sabías que estás me gustan? – Preguntó ella al recibirlas. Un bonito color rosado se instaló en sus mejillas y una sonrisa nerviosa aparecía en sus labios. No sabía cómo controlarse realmente. Tenía ganas de gritar por la emoción.

Donatello se sintió realizado al verla así. Le gustaba ver esa bonita sonrisa suya.

—Una vez lo mencionaste. – Contestó simple.

Luego, con cuidado, tomó su mano para guiarla a su hogar.

—¿Es por algo en especial? – Preguntó ella sin poder dejar de sonreír. Donatello negó apretando más su agarre en la mano de su novia.

Como -NO- Enamorarse de Alguien en Treinta Situaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora