DIME SI VAS A QUEDARTE (QUÉDATE OTRA VEZ #1) ©

9. 365 DAYS

Zoé

—¿Película, serie o videos porno?

—Videos porno —respondió Liam con obviedad.

—Ni se les ocurra poner eso.

—No seas aburrida, Zoé —habló Kaden.

—A nuestra amistad solo le falta ver películas o vídeos porno para decir que hemos hecho de todo.

—Incluso tener sexo entre nosotros —añadió el pelinegro con una sonrisita de nostalgia.

—Nunca hemos tenido sexo entre nosotros —aclaré.

—Pero a qué estaría genial. Incluso podríamos hacer un trio.

—No, no podríamos.

—¿Y por qué no?

—Porque Liam tiene novia —obvie, siguiendo el juego.

—No, ya no —anunció tan tranquilo, llevándose la soda a la boca y dándole un sorbo.

Lo observé, casi sin parpadear.

—¡Ya podemos hacer el trio! —festejó Kaden con una gran sonrisa victoriosa.

—¿Por qué no me lo habías dicho? —le reclamé a Liam, ignorando al otro.

—Porque terminamos hoy —respondió.

—Estas tan acostumbrado a esa rutina que ya ni te importa —articulé.

Liam y Gema tienen una relación poco estable. Terminan, vuelven, salen con otras personas y luego ya están juntos otra vez, tan felices. Todos están acostumbrados a su rutina, por eso no me sorprendía que hubieran terminado de nuevo, lo único que me molestaba era que no me lo contará.

Ellos siempre terminaban por alguna razón tonta, que si porque no pasaban mucho tiempo juntos o porque Liam no le respondía a tiempo los mensajes. Son muy molestos.

Gema no me desagrada del todo, al menos solo en un 90%, pero pasar tiempo con ella implica tener que escuchar su risa y voz chillona que me pone de los nervios. Kaden directamente la odia, como a prácticamente todo el mundo, pero siempre dice que hay algo en ella que le da mala espina.

—Les doy un mes —aposto Kaden convencido.

—Lo que dijo él —secunde.

—¿Saben qué son muy molestos cuando apuestan cuánto tiempo me tomará volver con Gema?

Ambos asentimos en su dirección.

—¿Cuánto tiempo crees qué se tomen está vez? —le preguntó Kaden, llevándose un chocolate a la boca que mire más tiempo del debido, acción que él noto—. ¿Quieres besarme? O ¿Por qué me ves tanto?

Le lance un cojín a falta de algo más práctico.

—¡Era mi chocolate, imbécil!

—No tienes porque insultar al chocolate, Zoé —masculló, divertido.

Liam se rio de mi junto a Kaden, pero él tenía la consideración de guardar siempre un chocolate para mí, mismo que me entregó mirándome con  complicidad.

—No lo sé —murmuró—. Tal vez tome más tiempo del habitual.

—¿Por qué terminaron ahora? —quise saber. El chisme ante todo.

—Cotilla —dijo Liam al tiempo que me lanzaba unas cuantas palomitas de maíz a la cara. Estás dieron de lleno en mi rostro, cayendo en la almohada gris sobre mis piernas—. Fue por lo de siempre. ¿Cómo espera qué pase tanto tiempo con ella si tengo que ir al Instituto, a los entrenamientos del equipo, trabajar por las tardes y no descuidar mi rol de hermano mayor en casa?