Quiero saber
Qué puedo hacer
Pa’ que me des un beso de esos que sabes que das tan bien.
—Quiero saber, Timø.Zoé
«Noches de Penumbra y melodía.
Cuando nuestros ojos se miran de cerca y quieren comerse a besos, sin reproches, solos tú y yo y el mundo en contra.
Noches de penumbra, en las que he llorado al sentir que nada tenemos a nuestro favor y sí todo en contra.
Nadie sabe que he reído a tu lado al sentirme cobijado entre tus brazos; cuando el entorno era frío y solamente encontré el calor de tu abrigo.
He sentido que me muero y que vuelvo a nacer cuando te escribo y te digo todo lo que de mi corazón hace al estar contigo»
Sonreí con tristeza al leer, las lágrimas empañando mis ojos de nuevo. Siempre decía que estaba harta de llorar, pero llorar por un libro era algo que no podía y tampoco quería evitar.
Noches de penumbra y melodía de Eliezer Villareal me había destruido emocionalmente y aquí estaba yo de nuevo, volviendo porque tenía una extraña fijación por lo que me dolía hasta el alma.
Cuando cayó la noche decidí que era buen momento para releer uno de mis libros favoritos, solo podía hacerlo en digital aún cuando quisiera que estuviera en físico de una vez para poder llorar con la preocupación de no mojar las páginas.
Solo que mis planes últimamente se ven arruinados por algo… o alguien. En especial con alguien muy idiota que ahora me tenía enfadada con solo recordar su actitud de hace unas horas. Parecía un concurso de meadas para ver quién tenía más poder sobre mi y ¡sorpresa! Ninguno la tiene. Lo único que tienen Zaid y River es una idiotez tan grande como el estúpido ego de River.
El sonido de un objeto estrellándose contra el cristal de mi ventana me hizo centrar mi atención en ello. Me quedé unos segundos esperando para asegurar que el sonido existía y no era una jugarreta de mi mente. Entonces lo volví a escuchar y fue que me levanté de mi sofá para averiguar qué era. Me acerque a la ventana, fuera la luz de la luna iluminaba el cielo y los faroles daban más luz a la calle.
Tengo una muy mala suerte, eso lo sé de sobra, por lo que no me sorprendió que, al abrir la ventana, lo primero que sintiera —además de la humedad del ambiente—, fuera una piedrecilla impactar contra mi frente.
Solté un quejido, lleve la palma de mi mano al lugar afectado y escuché una exclamación provenir del patio. Me acerque más a la ventana y baje la mirada para encontrar a River allí abajo, mirándome con una disculpa impresa en sus ojos.
—No se suponía que eso debía pasar —masculló cohibido.
Traía puesta una chaqueta negra, unos pantalones desgastados y un gorrito de lana que se veía muy cálido pero era color amarillo pollito, aún así era lindo. Al instante me sentí un poco avergonzada al recordar que yo traía puesto mi pijama de pastelitos y unas pantuflas de peluche en forma de los pies de Sullivan. Algo muy adulto de mi parte.
—¿Qué haces aquí?
River sonrió un poco.
—Fui un idiota, lo siento —dijo con sinceridad.
Él se veía tan arrepentido de lo que había pasado.
Pues que le den a su arrepentimiento.
—¿Crees que con un puñetero lo siento se arreglan las cosas? —espeté con dureza. River hizo una mueca avergonzada.
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DIME SI VAS A QUEDARTE (QUÉDATE OTRA VEZ #1) ©
RomansaUn chico enamorado condenado a la friendzone. Un plan para conquistar a la chica. Unos borrachos que se salieron de control. Una noche en comisaría que ayudo a cambiar todo. Un beso robado. Planes inesperados y otros que fueron cambiados. Y muchos...