35. YOU ARE ENOUGH

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Zoé


Quien dijo que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde tenía mucha razón, capto perfectamente la estupidez del ser humano y la plasmo en una frase.

Por mi mente nunca pasó que el momento en que finalmente le diría a River “te quiero” sería cuando él había hecho las maletas invisibles para salir de mi vida, o quizás lo mejor sería decir: cuando él me estaba sacando de su vida.

Desde ese momento había llorado, mucho.

Lo había llamado y le había escrito un montón de veces, y todas ellas sin respuesta. La parte más estúpida de mi se aferraba a la idea de que en algún momento me iba a responder, pero la otra parte, la más realista, sabía que él no lo haría, y le daba toda la razón para no hacerlo. Yo tampoco le respondería a alguien que solo se a encargado de romperme el corazón.

Me había dormido en algún momento mientras seguía llorando en la cama, con Kaden y Liam —sí, finalmente había logrado contactar con él y aquí estaba— dormidos a cada lado de la cama, abrazándome aún estando dormidos. Kaden me había traído a casa, Liam ya nos esperaba en la entrada cuando llegamos, mi madre estaba en la sala, solo nos dirigió una pequeña mirada antes de volver la vista al televisor e ignorar nuestra existencia.

La madre del año.

Miré mi móvil en la mesita de noche al lado de Kaden, él lo puso allí anoche para que dejara de torturarme con llamadas no atendidas. Tenía que estirarme para tomarlo, quitar el agarre firme de Kaden y Liam en mi cuerpo y esa sería la parte difícil, incluso dormidos tenían más fuerza que yo. Me removí buscando zafarme, cuando creí que iba a lograrlo Liam me dio un tirón que me dejó pegada a su pecho y me alejo del brazo de Kaden.

Y ahí empezó el desastre.

Cuando Kaden se percato entre sueños que ya no me tenía sujeta con su brazo, se estiro, me sujeto de la cintura y tiro de mi hacia su lado, soltándome de Liam. Al parecer estos tenían un radar porque Liam lo noto al instante y repitió la acción. Y Kaden hizo lo mismo instantes después haciendo mi cuerpo ir de un lado de la cama a otro.

Fue en el ultimo tirón que Liam dormido no calculo bien y nos hizo caer al suelo, por suerte su cuerpo amortiguo mi caída, pero eso no detuvo el grito de terror que salió de mis labios. Grito que no despertó al bello durmiente, pero sí a la princesa gruñona que odia las mañanas.

Liam seguía firmemente sosteniéndome por la cintura, haciéndome plenamente consciente de su erección matutina.

—Summer —murmuró entre sueños.

Así que Summer eh…

—¿Qué mierda hacen en el suelo? —preguntó la princesa, visiblemente enfadado.

—Jugando al Twister —ironicé intentando que Liam me soltará, pero no estaba funcionando. Hice un sonido de irritación, buscando a Kaden que solo observaba la escena con un poco de enfado y diversión—. ¿Puedes hacer que me suelte? Estoy sintiendo su pene en mi trasero y en cualquier momento comenzará a mover las caderas pensando que se está follando a Summer.

Lo cual es un poco raro teniendo en cuenta que volvió con Gema.

Y así el enfado mañanero de Kaden se disipó mientras se reía de mi.

Lo mire indignada por tres minutos enteros hasta que él se digno a levantarse de la cama y quitar el brazo de Liam con la misma delicadeza de un elefante en una cristalería. Y aún así el bello durmiente no despertó.

DIME SI VAS A QUEDARTE (QUÉDATE OTRA VEZ #1) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora