Hope you know I wish you all the love you’re looking for/
Espero que sepas que te deseo todo el amor que estás buscando.
—Forever, Lewis Capaldi
Zoé
Quizás solo tenía que darme ánimos, ser positiva, pero la verdad es que la negatividad me estaba comiendo por dentro y aumentaba la ansiedad a cada minuto que pasaba sin atreverme a tocar el timbre.
Extendí la mano, pero antes de tocar di media vuelta y cuando menos me di cuenta ya había llegado a la calle. Y luego volví a caminar hasta llegar a la puerta. Y volví a regresar a la calle. Y lo hice tantas veces que hasta me sentía mareada de tanto dar vueltas.
Vale, Zoé, tienes que ser valiente.
Me repetí esa misma frase tantas veces que en algún momento se comenzó a deformar y fusionar unas palabras con otras en mi cabeza.
Solo tenía que tocar el bendito timbre. No era tan difícil. Sólo extender el brazo y picarle al botoncito. Y ya. Que sencillo. Facilísimo.
Sencillos los huevos que no tengo.
Hasta las manos me temblaban, y el cuerpo entero, creo que hasta los órganos.
Respiré profundamente, que manía esa del ser humano de necesitar oxígeno para vivir y de necesitar comida y agua…
Negué con la cabeza en cuanto más pensamientos sin sentido siguieron abriéndose paso.
Basta, Zoé. Debes dejar de pensar idioteces y concentrarte en tocar el jodido timbre.
A la de tres.
Una, dos y…
Cuando llegué al tres toqué el timbre y solté un gritito de horror, el corazón me iba tan rápido que tenía la impresión de que se detendría de un momento a otro, sentía un hormigueo en todo el cuerpo que no hacía más que empeorar la situación, pero tenía que hacer esto.
Tenía que hablar con River, pedirle perdón y dejar que el tiempo actuara y él decidiera si me perdonaba o me odiaba para siempre.
Doña dramas te llaman.
La puerta se abrió, y para mí bien (o para mi mal) la persona que estaba al otro lado era William. Estaba tan pero tan nerviosa que apenas podía notar nada más que su cara, creo que era lo único que enfocaban mis ojos ansiosos, pero seguía sin ponerle demasiada atención.
—Hola —murmuré—. ¿Esta River?
Cuando terminé de hablar y no recibí una respuesta de su parte por un buen rato me sentí peor, y por primera vez fui consciente de la mirada glacial que William estaba dirigiendo hacia mí.
Vale, él nunca me había mirado así. Pero nunca. Ni siquiera cuando llegaba a encontrármelo de malas (lo que sucedía muy pocas veces).
Igual y es porque le rompiste el corazón su hermanito.
Igual y sí. Era un buen motivo.
—Depende.
Madre mía, no estaba en las mejores condiciones para que alguien viniera a hacerme las cosas más difíciles, pero me lo merecía, eso sí. Pero no por eso lo aceptaba.
—¿De qué?
—¿Qué es lo que quieres de él, Zoé?
—¿Eh?
Vaya momento de mierda para elegir ser una tonta.
Es que no es que no quisiera responder, es que estaba tan nerviosa y cada fibra de mi cuerpo quería salir corriendo que no encontraba palabras para hablar ahora.
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DIME SI VAS A QUEDARTE (QUÉDATE OTRA VEZ #1) ©
RomanceUn chico enamorado condenado a la friendzone. Un plan para conquistar a la chica. Unos borrachos que se salieron de control. Una noche en comisaría que ayudo a cambiar todo. Un beso robado. Planes inesperados y otros que fueron cambiados. Y muchos...