EXTRA I

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Si vuelve a tener sentido,

que yo vuelva a estar contigo.

Habrá una ventaja insuperable frente a los demás.

—De cero, Morat.

Enero de 2027

(Tres meses antes del epílogo)

 

River

—¿Ya estás borracho? —preguntó Danna, solté una risita al escuchar su voz.

¿Estaba borracho?

Sí, sin duda.

—No —le respondí con una sonrisa radiante.

—Uh, yo creo que sí —murmuró de vuelta apoyándose en mi, desde ese momento supe que era una mala idea, si yo estaba borracho ella estaba peor—. Pero no te preocupes que yo te cuido.

Perdí el equilibrio, caí y me llevé a Danna conmigo. El contenido de su vaso se esparció en algunas partes de mi cuerpo. Ambos reímos como unos idiotas, no intentamos levantarnos.

No estaba en los planes emborracharme tan pronto, la última vez que vi el reloj eran las tres de la madrugada. Alguna que otra persona aún lanzaba fuegos artificiales, lo que se traducía a Liam y Oliver que compraron suministros para un año. Cualquiera creería que estando ebrios esos dos se matarían a golpes, pero en contra de todo pronóstico se comportaban como si fueran mejores amigos. No los entendía. No entendía a Liam, en su lugar yo jamás habría vuelto a hablar con Oliver. Pero Liam es… Liam, y él es raro.

Aparté la mirada de ellos, Danna captó mi atención, estaba tumbada a mi lado sin dejar de reírse en ningún momento, ni siquiera cuando apareció Kaled con cara de querer estar en cualquier lugar menos aquí.

—Cariño —exclamé feliz, pero esa felicidad se fue extinguiendo por momentos mientras lo veía ignorarme e ir directo por Danna—, has venido a cuidar de mi… Claro, siempre me abandonas por una mujer.

Él me ignoro centrándose en la chica que había dejado de reír y que ahora había adoptado una expresión molesta y tristona a la vez mientras intentaba evitar que Kaled la tocará.

En otra ocasión me hubiera reído de él por la situación tan complicada en la que se encontraba con Danna, pero estaba indignado.

Kaled era lo más cercano a una relación que tenía en mi vida y me ignoraba como si fuera un lápiz sin punta y sin sacapuntas a la vista.

Que poético.

Al final Danna logró ponerse en pie sola y luego de mostrarle  el dedo medio a Kaled se encaminó lejos de nosotros, iba tambaleándose de un lado a otro. Y luego yo era el borracho.

—Kaledsito —hablé con burla. Él me dedico una mirada agria y se apresuro a seguir a Danna, al parecer creía que cuidando de ella mientras estaba ebria le ayudaría a ganarse su perdón por ser un idiota.

Me reí de solo pensar en lo difícil que iba a ponérselo Danna.

No me levanté del suelo, me quedé admirando el espectáculo de luces en el. No pude evitar pensar en ella, seguro que a Zoé le habría encantado estar aquí.

En momentos como se ese la extrañaba todavía más, a pesar de todo el tiempo nunca dejaba de pensar en ella, ni de quererla. Zoé había sido mi primer amor, y el primer amor no se olvida. Y tampoco quiero olvidarla. Me gusta mantener sus recuerdos en mi memoria, no duelen, creo que eso es lo que más me agrada, que me hacen feliz de alguna manera.

DIME SI VAS A QUEDARTE (QUÉDATE OTRA VEZ #1) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora