I’m starrin’ in your movie/
Estoy protagonizando tu película
But you’re not that special to me/
Pero no eres tan especial para mí.
—You’re not special, Maggie Lindemann.
Zoé
Habían pasado varios días en los que River se había dedico a ignorarme. Y no estaba acostumbrada a ello. Me picaban los dedos por escribirle, estaba pendiente del móvil casi suplicando para que me enviara una canción de nuevo… o algo. Pero eso no pasaba, y aunque había querido guardar la distancia, había ocasiones en las que me sorprendía a mi misma tratando de acercarme a él.
Ni yo me entiendo.
Se supone que quería alejarlo pero ahora que lo había hecho estaba que me moría por tener su atención de nuevo.
Pero es que soy una estúpida.
Estúpida, estúpida, Zoé.
El sonido del timbre de casa me hizo levantarme abruptamente del sofá.
Mierda.
La fiesta.
Lo había olvidado.
Seguramente eran Cheryl y Danna que ya venían por mi y yo no estaba lista. Literalmente estaba hecha un desastre.
Me encamine hacia la puerta, preparando una excusa que obviamente ninguna de las dos creería.
Abrí la puerta sin molestarme a ver quién estaba al otro lado, si Kaden me viera hacer esto estaría rabiando sobre la imprudencia que es abrir sin preguntar antes quién es.
—Ya estaba por entrar a la… —me corte al ver a la persona sonriente frente a mi—. Definitivamente tú no te pareces a Cheryl ni a Danna, ellas no tienen pene.
—Pero tú eres exactamente igual a la persona que estoy buscando —respondió Greg sin perder la sonrisa de comercial de pasta dental sin inmutarse ante la mención de su “hombría”, como el suele llamarle.
No estaba exactamente feliz de verlo.
¿A quién engaño?
No estaba para nada, ni un poquito, feliz de verlo. La verdad es que, si esperaba una visita sorpresa, hubiera elegido al pesado de River.
Joder.
¡Sal de mis pensamientos, niño molesto!
—¿Qué haces aquí, Greg? —pregunté sin rodeos, cruzándome de brazos y colocándome estratégicamente en el centro de la puerta. La última vez que habíamos quedado fue hace un par de días, lo había echado de casa después de que se puso a hablar de sentimentalismos y hasta ahora no lo había llamado y tampoco planeaba hacerlo. De hecho, ya hasta me había planteado la opción de mandarlo por un tubo definitivamente, pero al estilo River, con una canción.
Joder. River, espíritu del demonio, sal de una vez de mi cabeza.
«Y métete entre mis piernas»
No es gracioso, Lucrecia.
«Es placentero, de hecho»
Oh, no, no vas a meter esas sensaciones en mi cabeza.
Empuje la voz molesta de mi consciencia hasta el fondo para concentrarme en el espécimen que tenía en frente. Greg es atractivo, eso no se le puede negar, pero también es un gran idiota.
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DIME SI VAS A QUEDARTE (QUÉDATE OTRA VEZ #1) ©
RomanceUn chico enamorado condenado a la friendzone. Un plan para conquistar a la chica. Unos borrachos que se salieron de control. Una noche en comisaría que ayudo a cambiar todo. Un beso robado. Planes inesperados y otros que fueron cambiados. Y muchos...