Capítulo 10

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Sofia - Clairo

Honey, I don't want it to fade
There's things that I know could get in the way
I don't want to say goodbye
And I think that we could do it if we tried

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Bueno, la gente estaba en shock.

No era para menos, el asombro colectivo se hizo presente después de que Talia y Rosé habían sido captadas en una cena romántica... Convenientemente.

Estaban frente a frente, la mano de la directora cogiendo la de la rubia por encima de la mesa mientras compartían una sonrisa que expertos dirían llegaban hasta sus ojos. Roseanne tenía su mano sujetando su quijada mientras observaba a Talia con ojos soñadores. Hubo otra toma en la que Talia se había estirado por encima de la mesa para dejar un beso casto en sus labios, a plena luz del día. 

Sí, el internet y la prensa hicieron lo suyo.

Era toda una revelación porque a los ojos de todos se encontraban frente a dos mujeriegas. No habían pasado ni 10 minutos de que se habían hecho virales las fotografías cuando ya se encontraban haciendo teorías y algunos comentarios malintencionados como que era un juego para ambas y que lógicamente no iban a durar nada.

Rosé nunca tenía novias y era reconocida por salir con varias a la vez mientras que Talia también tenía una reputación similar. Entonces 1 + 1 = 2. La gente aseguraba que la relación estaba destinada al fracaso, porque por supuesto ellos sabían más que las dos personas involucradas directamente.

—Tus fans me están haciendo trizas. —Le frunció el ceño la rubia a la directora.

Talia estaba sentada en el desayunador, desnuda y con la cuchara de cereal dirigiendose a su boca con lentitud. Detuvo la acción y se giró para ver a su "novia", quien llevaba la mayor parte de la mañana quejandose en voz alta sobre los comentarios que estaban diciendo de ellas en la red.

No pudo hacer más que dar un suspiro.

—No tengo fans menores de 25 años que les guste el culto del cine y estén enganchados con mis films. —Respondió con tranquilidad.

Rosé se acercó a ella con el mismo semblante de malhumor, volteando el teléfono para mostrarle el contenido a la directora.

—¡Sí tienes! ¡Se llaman Talivers! ¿Cómo es posible que no lo sepas? Tienen entre 14 y 40 años y están obsesionadas contigo.

Talia apretó la boca para que no escapara una inevitable carcajada.

—¿Talivers? ¿A quién se le ocurrió ese nombre?

—¡No lo sé, pero me están llamando puta por estar contigo! —Gruñó.— O sea... No es alejado de la realidad, pero no me lo tienen que decir. —Alzó una ceja con desdén y diversión.

Talia ladeó la cabeza mirandola antes de exhalar de nuevo.

—No tienes que preocuparte por lo que digan acá. —Tomó su muñeca y sacó con cuidado el teléfono de su mano para ponerlo lejos. Después agarró la otra muñeca e hizo que se acercara a su cuerpo. —Ellos no saben lo que dicen y así como deben haber comentarios negativos, estoy segura de que también habrá mucha gente ilusionada con ello. Y lo importante es que, cariño, están hablando del tema. Sea para bien o para mal, es un ganar ganar.

Rosé hizo un puchero fingido, colocando las manos en los muslos descubiertos de Talia para apoyarse.

Lo cierto es que no estaba enojada del todo, pero sí le parecía curioso que un grupo de personas se pusieran de acuerdo en Twitter para atacarla simplemente por salir con alguien. A pesar de que no había transcurrido demasiado tiempo, dos meses para ser exactos, Talia y Rosé habían coordinado entre sí momentos especificos para dejarse ver en público.

Rubia Sol (TERCER LIBRO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora