Rubia Sol (TERCER LIBRO)

Capítulo 40

Daylight - Taylor Swift

I don't wanna look at anything
else now that I saw you.
I don't wanna think of anything
else now that I thought of you.

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Una rubia estaba con la mejilla pegada a la barra del club de Talia. Al parecer la madera de los bares eran su parte favorita en donde apoyarse cuando tenía el corazón y los pensamientos desequilibrados.

Al menos ya no estaba llorando... Tampoco es como sí le quedaran lágrimas de reserva para seguir haciendolo. 

Se sentía un poco idiota por estar en el modo despecho activado en medio de una celebración tan importante. Sus compañeros de producción y otros actores de reparto estaban desparramados por la disco que había sido cerrada especialmente para ellos. Hubieron otras personas invitadas, entre inversionistas, influencers, modelos y otros actores cercanos al estudio pero era un evento privado de todas formas.

Por eso no se sentía tan mal en estar acostada allí, esperando a que las horas pasaran y el alcohol terminara de ahogar sus penas para poder irse a casa y llorar como quería hacerlo desde que había visto esa fatidica escena.

Jisoo tenía novia.

Mierda, ¿en qué maldito momento había sucedido eso? El trío pasó hace... ¿Dos meses? ¿En cuanto tiempo Jisoo había conseguido a alguien más en el camino y como es que se le había adelantado?

Ni siquiera tenía la fuerza de estar enojada con Jisoo por las circunstancias, porque no tenía ningún tipo de sentido si lo hiciera. Jisoo se había comportado como una dama todo el tiempo y no tendría por qué detener su vida amorosa por ella. Este era un claro ejemplo de eso y estaba totalmente bien, pero el egoísmo de Rosé hubiese deseado que no lo hiciera hasta que pudiesen hablar sobre sus sentimientos.

Rosé se rió con amargura, enderezandose para dar un trago largo del coñac.

¿Sentimientos? Bueno, los que ella tenía por Jisoo eran demasiado obvios, pero ahora no estaba tan segura en los que Jisoo sentía por ella porque de otra forma no tendría a alguien más, ¿verdad? Si estuviera enamorada de ella también, no estaría saliendo con alguien más.

Bueno, la rubia estaba enamorada de Jisoo y estaba de novia con alguien más, así que Jisoo podía hacer lo que quisiera.

Pero, mierda, ¿por qué las cosas no salían a su favor nunca?

—Creo que debes dirigir tu atención y tus ganas en sudar esa embriaguez que estás construyendo ahí sola.

Rosé rodó los ojos al escuchar la voz de Talia.

—No estoy de humor y no te quiero tratar mal.

—No tienes que hablarme, Solecito. Solo baila conmigo.

La rubia gruñó, negando con la cabeza. No estaba ebria, ni planeaba llegar a ese punto del todo.

—Vamos, sino voy a llevarte cargada. —Talia la tomó del brazo con suavidad, haciendo que se levantara como si se tratara de una muñeca de trapo.— Estás hecha un desastre, Solecito. Sí las cosas van a ser así con Jisoo, ya no aplaudo tanto que te lances de cabeza. —Bromeó con una sonrisa ladina.

Rosé volvió a virar los ojos.

—No tengo nada con Jisoo. —Dijo con pesar, permitiendo que Talia la sostuviera por los brazos todavía.— Ni voy a tener, es un sueño frustrado. Creo que de todas formas me venía bien un tiempo sola.