Rubia Sol (TERCER LIBRO)

Capítulo 22

Glimpse of Us - Joji

'Cause sometimes I look in her eyes
And that's where I find a glimpse of us
And I try to fall for her touch
But I'm thinking of the way it was

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The Nutcraker de Tchaikovsky chillaba de fondo en los altavoces mientras una rubia y una pelinegra hacían piruetas continuas en una batalla incansable. Una vuelta completa del cuerpo con un pie, realizadas dando vuelta al interior, hacia la pierna soporte, dando vueltas hacia fuera, en la dirección de la pierna levantada.

Mechones de cabello se pegaban sueltos a sus mejillas mientras sus pulmones ardían por el esfuerzo.

La punta de los pies de Rosé escocía cada vez que hacía una pirueta y se sentía un poco mareada a esas alturas, pero tenía al frente a una rival digna. Jisoo estaba haciendo exactamente lo mismo, con una gracia digna de ella y los ojos azabaches encontrandose con los chocolates cada vez que caían al frente.

Alexandra las miraba a un costado, con la mano en la barbilla y adivinando cuál de las dos desistiría por fin de esa batalla improvisada y ridícula.

Un mes completo había pasado desde que inició la guerra fría. Tenían que verse todos los días a excepción de los domingos, en el que ambas podían respirar finalmente después de 6 días de miradas calculadoras y respuestas ácidas en forma de murmuros.

Contrario a lo que Rosé pensaba, Jisoo no intentó sacar el tema de la "disculpa" nuevamente. Y muchísimo menos lo del asunto con Talia, era como si esa conversación nunca hubiera pasado. Lo cual era exactamente lo que esperaría de la cantante, el tema probablemente la había aterrorizado y la rubia se sentía satisfecha con ello.

La mera confirmación era lamentable para Talia y su creciente interés por Jisoo, pero no iba a insistir al respecto. A pesar de que ella misma tuviera la espinita pendiente también. En un momento llegó a decirse a si misma que sí se la follaba podría detener cualquier nuevo encanto que estuviera haciendole otra vez.

Porque el hecho de que estuviera tan metida en sus fantasías sexuales nuevamente solo se trataba de una obvia manipulación a su cabeza. Sabía que Jisoo estaba jugando con su mente todos los días por cinco horas seguidas con esos ojos desafiantes que solo la impulsaban a querer agarrarla del cabello y forzar su mejilla contra la cola del piano.

Quería alzarle el trasero y azotarla, marcar su piel para siempre como un recordatorio de que había marchitado la idea del amor en una joven inocente. Que recordara siempre que alguien la había amado y que ese alguien ahora la odiaba con creces por su cobardía.

Algo dentro de ella gritaba que la castigara, que siguiera degradandola hasta volverla nada. Rosé nunca pensó que sería una persona tan rencorosa y vengativa, pero Jisoo sacaba lo peor de ella. Lejos de sentir una fascinación como la mayoría hacia la cantante, la rubia sentía una profunda amargura cada vez que la miraba.

No la soportaba.

El modo en que su voz grave se hacía presente entre palabras, o la risa ronca y falsa que entregaba junto a esa sonrisa estirada a cualquiera. Odiaba a los malditos aduladores que venían siempre a pedir un ápice de la atención de Jisoo, y mucho más a esa sección de groupies que chillaban emocionadas cuando les firmaba un autógrafo. 

Probablemente sí se la follaba y la desechaba como a las otras con suerte terminaría aburriendose y le dejaba de prestar atención.

Una parte de ella esperaba que la pelinegra sacara uno de esos dos temas a colación solo para verla arrastrarse un poco más y con suerte humillarla de nuevo, y quizás... Provocarla por ocio. Solo quizás para cuajarse de la risa internamente ante esos ojos llenos de deseo.