Capítulo 34

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Lover, you should've come over - Jeff Buckley

Broken down and hungry for your love
With no way to feed it.
Where are you tonight?
Child, ya know how much I need it.

(Un temazo sí me lo preguntan)

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Incluso unas semanas después, Rosé seguía sintiendo una barrera palpable entre ella y su novia.

Luego de la fatidica escena que había durado en grabarse tres horas con treinta y cinco minutos, Rosé esperaba hablar con Talia para saber un poco qué era lo que pasaba por su mente. Todo ese tiempo había estado con un rostro ilegible y en su cabeza no podía comprender por qué querría ver eso una y otra vez.

Al terminar intentó hablar con ella, pero Talia le dijo con una media sonrisa de que ella también estaba agotada pero seguía teniendo trabajo por hacer y se quedaría un poco más en el set. Un poco decepcionada, la rubia tuvo que regresar sola a casa ese día. Era demasiado tarde para que Jisoo y ella pudieran practicar las próximas líneas y francamente tampoco tenía el cuerpo para intentarlo.

Posteriormente a eso, Talia entró en un modo zen constante respecto a las cosas que tenían que ver con la película, la cual estaba robando más tiempo de lo usual. Rosé sabía que Talia había arrendado un departamento cerca del estudio simplemente para no demorar tanto entre ir y venir y dado que la mayor parte de su tiempo lo pasaba trabajando, poco quedaba para una convivencia entre parejas.

—Éste sábado es lo del Baby Shower de Jennie. —Comentó la rubia una mañana, tenía la mejilla apoyada del pecho desnudo de Talia y recién se habían despertado.

Talia tarareó en un signo de que la escuchaba.

—Lo recuerdas, ¿no? —Rosé alzó la mirada para verla, Talia tenía la mirada perdida en el pecho.— Dijiste que pondrías en pausa el trabajo de ese fin de semana.

—Ya no puedo hacer eso.

Rosé trató de que su semblante no decayera ante ello.

—¿Por qué?

Talia la miró con calma, alzando la mano para acariciar los mechones dorados que adornaban los laterales de su rostro.

—Porque estamos retrasados y el reloj está avanzando incluso con nosotras acá.

La rubia apretó los labios, pensando que era un martes cualquiera y que recién el alba había salido y que no había forma de que ninguno de los miembros de producción estuviera en el set a las siete de la mañana. Sintió como si Talia le reprochara de alguna forma que estuvieran acá pasando el rato en vez de compartir de forma cotidiana.

—Puedes tomarte un fin de semana. —Presionó con la voz cortada.

—No puedo.

—Tienes una vida afuera del set, lo sabes, ¿no?

—Mi prioridad es la película.

Rosé inspiró hondo, sentandose en la cama y sintiendo el rostro cada vez más caliente. Se tapó el torso desnudo con la sábana, tratando de ordenar sus ideas y no caer en otra de las constantes discusiones que parecía tener con tanta regularidad junto a su novia ahora más que nunca.

El hecho de que Talia fuera tan comprometida con su trabajo no era algo que le sorprendiera del todo, pero antes no habían tenido tantos inconvenientes en compartir tiempo juntas. O es que antes sí pasaban situaciones similares pero no le importaba lo suficiente como para exigir más de ese tiempo de calidad.

Rubia Sol (TERCER LIBRO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora