Capítulo 16

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My Eyes - The Lumineers

Oh, the devil's inside.
You opened the door.
You gave him a ride.

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1 mes después, NYC

Los atascos en New York City eran usuales y Rosé extrañaba cuando era medianamente desconocida, porque solo en esos momentos podía trotar hasta el teatro o en todo caso coger bicicletas eléctricas alojadas en las esquinas de las calles para facilitar el tránsito.

Ahora no solamente tenía que salir media hora antes de lo usual para durar al menos una hora en el tráfico, sino que también acostumbraba a llegar un poco tarde para su gusto. Era una suerte que ir a las oficinas del Studio Ryder y demorar un poco más de lo usual no sería reprendido por su atolondrada novia que había estado todo el día ocupada.

Pero, eso le daba pase a que su mente rebobinara a situaciones que no quería rememorar, primero porque no le apetecía joder el buen humor que tuvo desde hace tres horas en que había iniciado el día y segundo porque los recuerdos siempre eran potencialmente peligrosos en su caso.

Después de ese extraño polvo en su departamento de Seúl y que Talia había expresado su gusto por su ex de una forma peculiar, Rosé intentó tomarse las cosas con calma. No era la primera vez que le dedicaban silenciosamente un polvo a alguien que ambas se querían follar, pero sí que había una diferencia por ser esta persona en específico.

Al terminar y que sus lágrimas hubieran evidenciado la confusión de su cerebro y su cuerpo excitado, Rosé se planteó la idea de tener la charla con Talia. Es decir, ser franca con la información que había cuidadosamente omitido y decir que quizás no debieron haberlo hecho en nombre de Jisoo porque... Diablos, era Jisoo. Era retorcido.

Pero, a pesar de que existía una confianza entre ella y su novia y sabía que le podía contar absolutamente cualquier cosa, no se veía a si misma admitiendo hacia ella que el ver a Jisoo de nuevo había despertado cosas que creía haber suprimido. Primero porque Talia se sentiría extremadamente avergonzada y arrepentida al saber que las había arrinconado a un juego demasiado peligroso y segundo porque realmente no quería tener esa conversación.

Las únicas dos personas con quienes había sido franca sobre lo que sentía respecto a su última ruptura fueron Irene y Dahyun, a las cuales también tenía un pequeño miedo de admitir que le había gustado demasiado ese encuentro sexual en específico con su novia.

Se sentía sucia de alguna forma, era como si hubiese lanzado un bote de pintura roja al retrato de Jisoo y por más que deseaba sentirse satisfecha en saber que se había follado a su novia en algún tipo de venganza por ella, lo cierto es que no había funcionado de esa forma. No era una follada de odio, era algo mucho más tétrico para si misma porque fue una follada de deseo.

Mientras Talia entraba y salía de su interior, y la besaba, y la tocaba por todos los sitios solo podía pensar en esos ojos negros y estirados. Técnicamente no tenía que sentirse mal porque Talia estaba ingresando esas fantasías a propósito en su mente.

Pero Talia no tenía ni puta idea del contexto general.

Debería decirselo, atragantarse de vergüenza y esperar a que Talia no se enojara con que le hubiese mentido al decir que no fue tan importante y que no era para tanto. La directora era una persona comprensiva, pero, ¿cómo se sentiría al saber que había arrimado a su novia a una fantasía prohibida con la ex que nunca había superado del todo?

Rubia Sol (TERCER LIBRO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora