Capítulo 23

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Dangerous Woman - Ariana Grande

Somethin' 'bout you
Makes me feel like a dangerous woman
Somethin' 'bout, somethin' 'bout
Somethin' 'bout you
Makes me wanna do things that I shouldn't

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Jisoo mantenía los labios entreabiertos, todavía en shock con el hecho de que la directora de la película y no solo eso... La novia de su ex, estuviera en ese instante con ella. ¿Qué probabilidad había en el universo para que coincidieran en un bar a las doce de la noche un sábado? ¿Entre todos los que había en New York City?

La cantante miró con disimulo detrás de Talia, tratando de buscar una cabellera rubia por allí. No era que le urgiera verla entonces, en realidad estaba feliz de que mañana no tenían ensayo y no se mirarían la cara hasta el lunes por la noche. Pero si Talia estaba acá, eso solo podía decir que Rosé estaba cerca.

Talia miró la incertidumbre en los ojos oscuros de Jisoo sin que dijera ni una sola palabra, era fácil de leer y la directora se sentó a su lado sin esperar una confirmación.

—Ha sido mera casualidad.— Respondió a la pregunta mental número uno.— Y Rosé no está acá. —Contestó a la número dos.

Llevó el vaso de líquido oscuro a sus labios para dar un sorbito, mirando de reojo a la cantante que todavía estaba demasiado tiesa.

¿Qué debería hacer? Jisoo solo iba a tomar un martini más y se iría a casa, aunque la música era agradable y el licor también servía para relajarle, no pretendía quedarse demasiado tiempo.

¿Le decía que ya se iba?

Es... Era Talia, no era buena idea que estuvieran las dos allí, ¿no?

Sin Rosé...

Jisoo desvió la mirada al martini que colocó el bartender en frente de ella, dio un breve agradecimiento antes de dar un trago también.

De todas formas, ¿por qué mierda seguía pensando en ella y en lo que pensaría? Era Rosé la que le había dicho con tanta libertad que su novia quería acostarse con ella, no parecía inmutada ni enojada al respecto. No es como si fuese a hacerlo en realidad, pero Jisoo no tenía que ponerse a pensar dos veces en lo que pensaría Rosé si las veía a ambas hablando a solas.

Aparte, era literalmente su jefa. Sería descortés irse e ignorarla como había llevado haciendo los últimos dos minutos mientras se planteaba la situación. Si era una mera coincidencia, ese encuentro era de lo más inofensivo y no tenía que preocuparse por nada.

—¿Acostumbras a venir a clubes tú sola? —Preguntó Jisoo lo suficientemente alto por la música de fondo.

Talia pareció complacida con su voluntad de hablarle, sus ojos azules aunque con las luces del club deberían hacerlos parecer más oscuros, en realidad parecían tan claros como los de un lobo blanco. Jisoo pensó que sus ojos eran hermosos.

—Sólo cuando son míos. —Respondió con una sonrisa amplia.

Jisoo la había visto sonriendo antes, pero siempre era una media sonrisa o el amague de una. Esta vez fue completa, como si estuviera realmente feliz para poder desatarla.

—Oh... —Asintió, dando una breve mirada panorámica al sitio.— ¿Es tuyo? —Dijo solo para corroborar.

—Desde hace unos meses, estoy haciendo remodelaciones y devolviendole la gloria que solía tener. —Se estiró hacia adelante para apoyar su codo de la barra y sostener su quijada con la mano, mirandola a los ojos. —Es un club viejo de los ochenta, ha estado en manos de varios dueños y no todos supieron administrarlo demasiado bien. Suelo comprar propiedades a bajo costo, remoderlarlas y venderlas luego al doble del precio. —Con su mano libre jugó con los hielos dentro de su trago, el acto atrajo la mirada de Jisoo con magnetismo.— O a veces cuando me encariño demasiado suelo conservarlas.

Rubia Sol (TERCER LIBRO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora