Capítulo 21

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Wicked Game - Chris Isaak

What a wicked game you play,
to make me feel this way.
What a wicked thing to do,
to let me dream of you.

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El aire fresco de la madrugada ingresaba de polizonte por el balcón, haciendo que los rizos oscuros se movieran un poco y una mueca se cirniera sobre los labios ovalados. Era tarde, Jisoo lo sabía a penas entre sueños porque se había quedado tocando el piano hasta pasadas la una de la mañana.

Había un visible frío expandiendose por todo su cuerpo y un calor particular se encontraba entre sus piernas, el cual no podía detectar del todo. Se removió entre sueños, la manta la tenía pegada firmemente al pecho para tratar de socavar un poco el ambiente exterior mientras de sus labios salía un leve jadeo.

Una presión se alojó entre sus piernas al mismo tiempo que algo raspaba el interior de sus muslos, Jisoo se agitó al sentir algo mojado dejando un largo rastro de humedad por su piel hasta presionar por encima de sus bragas. Dedos desconocidos se enroscaron en las mismas, arañando con uñas mientras las deslizaba hacia abajo, quitando la barrera de un sitio prohibido.

Jisoo gimió con suavidad, con los ojos cerrados y la espalda arqueada. Tenía que despertarse ahora, y más cuando sentía que alguien bajo de las sábanas colocaba las manos debajo de sus muslos y los flexionaba hacia arriba, abriendolos de par en par. Unos labios mojados dejaron besos de boca abierta por su vientre desnudo, robando emociones contradictorias y jadeos.

Era como si estuviera una parálisis de sueño, podía sentir cada particula de su cuerpo siendo profanada pero al mismo tiempo no podía moverse ni reaccionar.

Abrió los ojos con la respiración entrecortada, encontrandose con un bulto debajo de la colcha, a la altura de su entrepierna. Quería gritar y apartarse, pero la sensación de una lengua delgada zigzagueando en la unión de sus piernas la hizo hiperventilar un poco.

Estaba cerca, lo supo cuando lamió uno de sus labios vaginales con una delicadeza alarmante.

El acto activó una revolución de excitación mientras que las manos salían del refugio de la colcha y se arrastraban por su abdomen hasta amasar sus senos con descaro. Eran manos grandes, femeninas y con uñas puntiagudas de color negro. La mujer misteriosa dio un beso sobre su clítoris antes de dar una larga lamida por todo su sexo, haciendo que gimiera alto.

Jisoo estaba a punto de gritar del miedo y al mismo tiempo del éxtasis, porque no sabía quien había ingresado a su departamento para cometer tal acto a su cuerpo sin consentimiento. Pero cuando sintió que las palabras salían por fin de su boca, la sábana que cubría al individuo se fue deslizando por sus cuerpos hasta caer a un lado.

El cabello rubio cubría su rostro, su lengua mojada y caliente se frotaba duro y lento contra el músculo sensible de su clítoris, descapuchandolo, succionandolo, mordiendolo. Los ojos de Jisoo se nublaron de deseo al mismo tiempo que los dedos se cerraron en sus pezones mientras la chupaba con énfasis y esmero.

La preocupación y el miedo habían practicamente desaparecido de su cuerpo, el rostro se levantó con lentitud entre la penumbra de la noche y sus piernas. Los ojos chocolates y conocidos la observaban con maldad, una sonrisa se plasmó en sus labios mojados de sus fluidos, burlandose de ella y mostrandole la lengua plagada de sus jugos.

—Estoy dandote lo que quieres, querías mi atención, ¿no? —Susurró en voz baja y ronca.

Jisoo se percató de que estaba desnuda, su cabello dorado reposaba despreocupadamente contra su espalda delgada y podía ver un indicio de su trasero inclinado hacia arriba. Rosé dejó caer un hilo de saliva desde su altura hasta su coño, el acto la hizo sisear y viró sus ojos cuando la rubia hundió la lengua nuevamente en su entrada.

Rubia Sol (TERCER LIBRO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora