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La azulada mirada glacial del enfurecido alfa se posaba cómo afilados cuchillos sobre Liam, apretando sus puños para no lanzarse directamente a atacarle, mientras que el de ojos chocolate lo arpuneaba con su ruda vista, se mantenían en un duro duelo de miradas. Louis había ido directamente a por el talón de Aquiles de Liam, Zayn.

—¿Vas a quedarte callado, Louis?

El mencionado dió dos pasos hacía adelante, sintiendo su respiración acelerarse por la furia atrapada en el plasma de sus venas, como una maldita plaga que no dejaba de extenderse por todo su cuerpo. Azul y marrón, mirándose profundamente con sentimientos negativos atrapados, quizás Liam sentía algo de lástima, porque en los ojos de su amigo nunca había nada más que rabia.

—¿Qué quieres que diga, Payne?, ¿qué lo siento?—Liam asintió con obviedad—Genial, ahora deliras.

—No te sentaría mal un poco de humanidad—Comentó sin mirar a los orbes azules, sirviéndose una copa de vino, siendo amenazado por la mirada impenetrable del alfa.

Louis bufó con cólera, jamás podía controlarse cuando la ira consumía su cuerpo de tal forma que sus ojos azules se tornaban de un color oscuro que asustaba a cualquiera que los viera detenidamente, pero estaba hablando de Liam, su mejor amigo desde que era un crío idiota, no podía desatarse con él, no por compasión ni pena, por lealtad.

—Escúchame bien, Liam, me da igual la manera en la que tratas a tu omega pero el omega que está ahí fuera como un perro—señaló la puerta de salida con ímpetu—Ese es mío. Y no aceptaré quejas sobre cómo trato lo que me pertenece, porque cuando ese rizado entre por esa puta puerta, automáticamente será de mi propiedad cómo todo lo que está aquí, recuerda que estás pisando mi suelo, viviendo bajo mi techo, al igual que tú omega—Liam gruñó ante la última mención, dejando la copa de vino en la mesa, enfadado por la manera en la que Louis le echaba en cara cada cosa.

—No trates de hacerme menos, yo también soy parte del negocio y soy tú maldito brazo derecho, controlo cosas de las cuales tú jamás serías capaz de manejar, soy una pieza importante, más te vale quitar el nombre de mi omega de tu boca si no quieres problemas, además, ese rizado jamás será tuyo—La sonrisa que había antes en los labios de Louis, se congeló, ¿Estaba siendo retado?, ¿Liam creía que Harry jamás sería suyo?, Ajustó su corbata antes de comenzar a lanzar veneno por esos rosados labios que eran dignos de un pecador.

—¿No me crees capaz, Liam?, Si lo quiero, lo tengo, ese niño no va a ser la excepción de la regla, estoy seguro que si le pongo un par de billetes en la mesa, tendré todo su cuerpecito a mi disposición cuando se me de la regalada gana, es un omega cómo todos los demás que trabajan aquí, no se resistirá.

—Si tanto lo quieres para ti, ¿Dejaras que nuestros socios alfas lo posean?, Cómo has hecho con el resto de omegas, mostrándolos como mercancía intercambiable—Louis levantó la mirada, lleno de rabia y apretando sus dientes con demasiada presión, cómo si en cualquier momento fueran a romperse—¿Te imaginas?, A Harry en las piernas de uno de los alfas, y tú ahí, con el regazo vacío, por no haber conseguido ni una sonrisa por parte suya. ¿Le harás lo que haces siempre?

La última pregunta le causó estragos en su interior, de tan sólo hacerse a la idea de ver a Harry en las piernas de uno de los hambrientos alfas, le daban ganas de cortarles los brazos para que no puedan ponerle sus sucias manos encima. Se sirvió una copa de vino antes de contestar.

—No.

—¿No qué, Louis?—Liam sabía perfectamente a lo que su amigo se refería pero quería ver a Tomlinson confirmándolo con sus propias palabras.

—Ningún alfa...—miró la copa entre sus manos y la apretó—Ningún alfa podrá tocarlo, porque desde este jodido día, o más bien, cuando Harry firme su condena en está casa, nadie será capaz de hacerle nada, ni siquiera mirarlo. Porque siempre dejo en claro lo que es mío—aclaró su garganta antes de volver a hablar—Ese pequeño rizado, será intocable, nadie toca las cosas de Louis Tomlinson.

𝗦𝘂𝘀 𝗛𝘂𝗲𝗹𝗹𝗮𝘀 (𝘓𝘢𝘳𝘳𝘺 𝘚𝘵𝘺𝘭𝘪𝘯𝘴𝘰𝘯)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora