𝗦𝘂𝘀 𝗛𝘂𝗲𝗹𝗹𝗮𝘀 (𝘓𝘢𝘳𝘳𝘺 𝘚𝘵𝘺𝘭𝘪𝘯𝘴𝘰𝘯)

|𝟬𝟴|

Harry intentó mantener su mente en el peor día de su vida para intentar opacar ese sentimiento que comenzaba a culminar su corazón pero ahora no le encontraba comparación alguna, todo a su alrededor pareció ralentizarse, las risas se distorsionaron en sus oídos y llegó a un punto en el que no sabía que estaba haciendo, quería gritar o simplemente intentar hablar con el alfa, pero se sentía ahogado en aquella situación, Louis acababa de usar su voz de mando y cómo una vez Louis le dijo, se limitó a obedecer.

Bajó de su regazo con la mirada en el suelo, sin ser capaz de ver a los demás, porque absolutamente todos se reían—salvo Zayn y Liam—, las carcajadas no paraban de repetirse una y otra vez en su cabeza, hasta que las lágrimas comenzaron a llenar sus ojitos, pensó que las risas pararían en cuanto se arrodillara, pero cuan equivocado estaba, en el momento en el que colocó sus rodillas en el suelo, la sala entera estalló en carcajadas y comentarios en los que realmente deseó estar sordo para no escuchar.
Al poner la mirada sobre sus rodillas, vió cómo las lágrimas comenzaban a caer sobre ellas, después, cerró sus ojos ante el que se suponía que sería su alfa ya que no quiso ver cómo colocó unas esposas de plata en sus muñecas.

Entonces comenzó a sentirse idiota y un completo prisionero, realmente había creído que podía encontrar un corazón latiente en aquel hombre que vestía en un perfecto traje negro y con una mirada completamente helada y cruel. Pero no era más que un trofeo para Louis, alguien totalmente inservible y que sólo servía para ser expuesto y humillado.

—Non hai intenzione di imbavagliare il tuo cane, Louis? [¿No vas a amordazar a tú perrita, Louis?]—el pequeño omega no logró entender lo que uno de los alfas comentó en su idioma natal, levantó poco a poco la cabeza como pudo para ver hacía Louis, a pesar de que él no le mirara y sintiera el rechazo nuevamente azotar contra sus esperanzas. Harry se encontraba con los ojos cristalizados y ya sin ganas de suplicar ni resistirse.

Entendió enseguida a lo que el alfa se refería, al ver cómo el ojiazul agarraba el pañuelo de tela de la mesa con un rostro inexpresivo, y lo colocaba sobre su boca, amordazándolo, las risas que pensó extintas regresaron como balas impactando con su garganta, intentó mover sus manos, intentando saciar esa ansiedad que comenzaba a iniciarse a causa de la humillación, tuvo que clavar sus uñas en las palmas de sus manos, sabiendo que eso dejaría huellas y quizás algo de sangre, pero eso ahora era lo de menos para el omega.

No prestó atención a absolutamente nada de la reunión, las rodillas le dolían tanto que se veía incapaz de volver a levantarse, más el dolor físico que sentía por todo su cuerpo no se comparaba en lo absoluto con el que su omega y él sentían, tanto desprecio por parte de Louis estaba acabando lenta y dolosamente con él, pero ya le había quedado claro, que en esa casa su voz no era escuchado y a Louis poco le importaba lo que le sucediera.

Tampoco tuvo la fortaleza de ver cómo el salón comenzaba a vaciarse y los alfas al fin se iban por la puerta, cuando estaba todo completamente vacío notó unas manitas temblorosas quitándole la tela de su boca.

—Lo lamento tanto, Harry, y-yo quise ayudarte... Pero L-Liam me dijo que no podía hacer nada contra Louis, ¡Él es un tonto!, No mereces esto, fue todo mi culpa, l-lo siento mucho...—el morenito comenzó a disculparse mientras intentaba contener sus lágrimas y por más que Harry quisiera hablar y decirle que no era su culpa, seguía sintiendo ese nudo en su garganta y eso dolor en el pecho que le dificultaba la respiración—Tienes todo el derecho de dejar de ser mi... A-amigo, Liam me dijo que tú eras bueno y me perdonarías pero yo creo que no debes hacerlo.

Harry no pudo evitar que las lágrimas regresaran, no al ver cómo el ojimiel también estaba llorando. Liam al verlo llegó casi corriendo hasta Zayn, para tomarlo en sus brazos.