Capítulo 22.1

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Los gritos de tres señoritas resuenan a todo volumen en cuanto se encuentran en el lobby espacioso del hotel que resguarda a las animadoras estudiantes de Harvard esa noche

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Los gritos de tres señoritas resuenan a todo volumen en cuanto se encuentran en el lobby espacioso del hotel que resguarda a las animadoras estudiantes de Harvard esa noche. Las miradas extrañadas y fastidiadas sobre ellas de parte de los residentes y empleados no les importan en lo más mínimo, las tres se envuelven en un abrazo grupal mientras pegan brinquitos y sueltan lágrimas de felicidad y nostalgia sin poder evitarlo.

—¡Las extrañé tanto!—chilla Sasha con una enorme sonrisa apretujándolas contra ella.

—Y nosotras a ti, boba—asegura la castaña separándose del abrazo para dejar que Maggie y ella tengan su espacio—Le avisaré a la entrenadora que volveremos en unas horas, mientras tanto, ustedes pueden saludarse como se debe—mueve las cejas pícara haciendo a sus amigas compartir una mirada cómplice.

Extrae el móvil de su pequeño bolso en color marrón que combina con su atuendo completo y procede a mandarle un texto a su profesora a cargo. Mira discretamente sobre su hombro encontrándose con sus amigas en una febril batalla de labios mientras se aferran la una a la otra. Ríe por lo bajo y enfoca la mirada en su aparato para darles algo de tiempo, en cuanto la llaman por su nombre trota hacia ellas para salir tomadas de las manos del hotel.

El castaño de metro ochenta se queda de pie a mitad del lobby con la oportunidad de acercarse a su novia, ahora perdida. La mira alejarse a través de las puertas de vidrio perfectamente aseadas, con una sonrisa radiante de felicidad en su rostro, en compañía de Maggie y una cambiada Sasha que ahora porta unas sensuales rastas con toques de color rosa y algunos piercings en su rostro. Su corazón se aflige dentro de su pecho deseando ir con ella, tomar su mano y pasear por la ciudad hasta que llegue la noche.

Traga grueso sintiendo un nudo en la garganta y una sensación de pesadez en el estómago. Cuando se decide a declinar la salida con sus amigos y quedarse en su habitación para esperar a que Atenea vuelva, Newt lo llama cerca de la entrada con la mitad del equipo a su alrededor. Todos le hacen señas para que se acerque, dubitativo lo hace para avisarles que prefiere descansar, pero lógicamente todos se niegan a dejar a su mariscal atrás y lo toman de los brazos para obligarlo a salir del hotel y caminar en la dirección contraria a la que su novia se fue.

El trío de amigas se adentra en la pizzería favorita de la morena. El olor de especias, queso y cerveza invade sus fosas nasales, el ambiente cálido las recibe amenamente y las deja acoplarse con facilidad. Maggie toma el asiento junto a la pared en el sillón de piel negro una vez que la mesera las lleva a su mesa, luego lo hace Sasha dejándola en la orilla, la ojiazul se sienta frente a ambas con un sonrisa enternecida ante la cercanía y los gestos dulces entre ellas.

—Luces increíble, aún más que en tus fotografías—le asegura Maggie tomando una de sus rastas entre sus dedos para acariciarla con suavidad.

Sasha sonríe ligeramente sonrojada—Me sorprende que tú madre no te haya regresado a casa cuando decidiste perforarte—Nea ríe señalando los dos plateados piercings que atraviesan la piel de su rostro.

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