Capítulo 23.

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Aún después de la deprimente charla con Jared, del consejo que Sasha le dió apenas unos instantes antes de subir al autobús que los devolvería al campus de su universidad, de la molestia y la tristeza que no la han abandonado, quiere llevar a cabo...

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Aún después de la deprimente charla con Jared, del consejo que Sasha le dió apenas unos instantes antes de subir al autobús que los devolvería al campus de su universidad, de la molestia y la tristeza que no la han abandonado, quiere llevar a cabo la idea de Maggie para poder resolver la situación con Noah de una vez por todas. Necesita dejar atrás lo dicho por ambos, enfocarse en lo que sucede y no en el "podría" o "será", nada es seguro y el futuro siempre es incierto.

Lo que más le importa ahora es retomar la relación con Flynn, volver a lo que tenían y que siempre la hacía sonreír. Sabe que lo que tiene con Noah no es algo que muchos consiguen, no es algo que se puede desechar ante la más mínima pelea o por un mal rato. Cuando era adolescente no creyó que podría tener una oportunidad enserio con su mejor amigo, creyó que para la universidad tendría superado ese enamoramiento y tendría que obligarse a dejarlo atrás, pero por azares del destino ahí está.

Viviendo con el mientras sufren la vida universitaria que no es como pintan pero que adora. Siendo su novia, siendo suya y el siendo suyo. Así que por todos esos años en los que se han querido y han estado el uno para el otro, no debe rendirse, no debe dar su brazo a torcer ante la fuerza que Chloe impone sobre ella y que ha logrado separarlos. Ella no es de las que ceden o se rinden ante la presión, no va a soltar a Noah a no ser que se lo pida o la obligue a hacerlo.

Lo ama, demasiado para su propio bien. Sabe que a pesar de sus errores y de cómo puede ser, Noah vale la pena, o al menos lo hace a sus ojos. Tal vez para muchos es un caso perdido o un idiota que no va a cambiar, para ella es un chico muy tierno por dentro, uno que goza de la atención femenina, que tiene talento para el americano y que es guapo a morir. Es la clase de chico que repudia el maltrato animal, que llora como Magdalena cuando ve El Rey León y que hace y deshace a voluntad de Nea.

Es su mejor amigo, aquel que sabe sus secretos más oscuros, con quien ha experimentado los mejores placeres, con quien ha reído hasta llorar y ha llorado hasta dormir. Quiere intentarlo, no está lista para dejarlo ir y no sabe si algún día lo estará, pero no va a rendirse sin más. Aunque una de sus amigas no esté de acuerdo y aunque un chico con el corazón destrozado le haya aconsejado de manera sincera haga lo contrario.

"—Sea quien sea ese cabrón que te tiene así, aún si la situación entre los dos no es tan mala, tienes que saber que no te merece—"

"—Tienes que concentrarte en tu carrera y futuro, Nea. Si sigues preocupándote más por su situación, perderás de vista lo importante y después no tendrás nada—"

"—No tolero verte así por su causa, pero sabes que decidas lo que decidas, yo te apoyo. Y si terminas con el corazón hecho pedazos, ten por seguro que Maggie y yo estaremos ahí para ayudarte a repararlo—"

A pesar de todo, ahí está. Esperando ansiosa en el comedor de su departamento, enfundada en un vestido negro de tipo fruncido, escote recto, mangas largas y traslúcidas. Su cabello cae ondulado a su espalda, dos bonitas trenzas decoran cada lado de su cabeza y portan un par de broches negros y brillantes en ellos. Su rostro luce mejor que el de hace unos días, sus ojos azules vuelven a brillar animados y esperanzados de que todo salga bien esa noche. Un collar plateado de mariposas cae por su cuello hasta su pecho, el que sube y baja tranquilamente al compás de su respiración.

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