Capítulo: 2 ✓

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Al salir de allí voy hacia mi casa

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Al salir de allí voy hacia mi casa. Le prometí a mi abuela que almorzaría con ella, ya que mis padres están de viaje. Aunque eso no es nada nuevo.

Llego a casa justo antes de que Elena, la ama de llaves joven, sirva el almuerzo.

A la cual me he follado ya unas cuantas veces.

—Ya estoy aquí, tal como te prometí —beso a mi abuela en la mejilla.

Ella me sonríe y Elena deja su plato en la mesa y va a por el mío. Poco después, deja el mío y me pasa una mano por la nuca a su paso.

Ya me cansé de ella. ¿Cuándo va a entender que no quiero nada con nadie? ¿Es tan difícil para todos comprender que quiero disfrutar de mi juventud sin tener que comprometerme a serle fiel a alguien?

—¿Ya fuiste a buscar a tu nena? —pregunta mi abuela.

—Sí —le sonrío y comienzo a comer de mi plato.

—¿En serio ya encontraste a una chica? —de la emoción suelta la cuchara.

—No abuela, mi chica es mi moto —suelto una sonora carcajada.

Siempre cae, y eso que siempre le hago la misma broma.

Ella me da una de esas miradas suyas de: "madura ya, hijo" y vuelve a retomar su almuerzo.

Retomo el mío también y una vez terminamos en completo silencio, me dirijo hacia mi habitación, donde cierro la puerta detrás de mí y recibo un mensaje de Leo.

Leo:
Bro, ¿fiesta en tu casa pasado mañana?

Tengo muchas ganas de una fiesta y casualmente para ese día mis padres no estarán de vuelta. También sé que por mi abuela no me tengo que preocupar, porque ella siempre me deja hacerlas, siempre y cuando terminen temprano y después ayude a recoger los desastres.

¡Todo cuadra a favor de esa fiesta!

Jonathan:
Sí bro, díselo a todos. Pasado mañana a las 9 aquí.

Leo:
¡Las fiestas en tu casa son una pasada! ¿Qué te parece si quedamos mañana con José y eso en un bar para tomar algo?

Me dejo caer sobre el colchón.

Jonathan:
Ok, mándame la ubicación del bar.

Voy a llevar a Melani mañana al bar, y también la invitaré a la fiesta, así me la quito de arriba con eso de que no la llevo a salir.

Mis ojos comienzan a pesar y me doy cuenta de que "casi no he dormido hoy".

Ya estoy casi dormido cuando oigo que la puerta se abre, es Elena, lo sé por el sigilo de sus pasos. Ella termina por abalanzarse sobre mí.

—¿Qué haces aquí? —pregunto serio y me paro para quitármela de arriba—. La habitación de mi abuela está allí en frente.

(1) Roma: Al derecho y al revés, es amor © [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora