(1) Roma: Al derecho y al revés, es amor © [BORRADOR]

Capítulo: 27✔️

—Parece que se ha caído la llamada.

—No importa, será en otra ocasión —tengo que alzar la voz debido a que la música de el fondo está un poco más fuerte.

—Claro, a este grupo llegaste para quedarte —dice y me hace sentir un poco mal.

La verdad es que todo lo que empieza termina y esto era demasiado para mí. Sabía que al venir a este país con mis padres conllevaría a que después, tarde o temprano, cuando me adaptara a él e hiciera amigos tendría que irme.

—¿Podemos hablar un momento? —me acerco un poco para que pueda oírme, él asiente con la cabeza y me indica que vayamos hacia donde ellos guardan los instrumentos.

—¿Qué pasa, campeón? —inquiere.

—Quería darles las gracias por haberme dejado ser parte de ustedes, incluso a Lina, por haberme prestado la guitarra eléctrica, y a todos por haberme enseñado algo nuevo. Pero lo cierto es que mis padres vuelven en tres días y yo tendré que irme con ellos.

—¿Pero que estás diciendo? —me toma de los hombros—. Claramente no te dejaremos ir.

—Por supuesto que no —dicen Lina y Alex al unísono, quienes estaban de seguro detrás de la puerta o iban llegando cuando hablé.

—Y no tienes que agradecernos nada. No se ustedes, chicos, pero yo hoy mismo compro un vuelo y me voy con él.

—Nosotros también —dicen los demás.

¿En serio se irían conmigo?, ¿en serio dejarían todo lo que han logrado acá por irse conmigo?

—¿Cómo van a dejar todo lo que han conseguido aquí por mí? No, no es necesario, no hagan eso — suplico.

—¡No, porque yo no estoy dispuesta a perderte! —exclama Lina, haciendo que todos la miremos raro y ella comience a tomar conciencia de lo que acababa de salir de su boca.

—Quiero decir, que no estamos dispuestos a perderte —trata de arreglarlo, nerviosa.

—Somos un grupo y si la vida nos unió los caminos no podrán separarnos; obtendremos lo mismo aquí o allá, pero siempre juntos —prometimos.

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3:00 pm. (27 de diciembre).

Al final no ha habido manera de que ellos desistieran de la idea de irse conmigo.

—Ya han llegado los instrumentos a España, me acaban de avisar —informa Marcos aliviado.

—Que bueno, así sí podremos asistir a la fiesta que organizó tu amigo Leo —afirma Lina.

—Primero tenemos que llegar, no coman ansias —ríe Alex.

No puedo con la superficialidad, altanería y falta de humildad de mi padre. Nosotros al venir de allá para acá fuimos en un vuelo normal, clase normal, nada de lujos, pero ahora que se ha enterado que mis amigos decidieron venir conmigo quiso destacar, como siempre, y decidió sacar pasajes de clase alta, como si eso fuera una gran diferencia; todos vamos hacia el mismo lugar. ¿Por qué la diferencia de clases ahora?