Los demonios se hacen fuertes con el miedo.
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38
Después de unas horas de larga espera, Frederick salió de la sala de autopsias con el semblante serio. Mientras yo había estado en el pasillo, lo había visto salir varias veces a tomar aire o a vomitar, todas esas veces y por orden suya, había permanecido sentada ignorando aquello.
En un principio claramente me negué, sentía una especie de culpabilidad por solo estar de espectadora, pero varias veces me recalcó que si yo llegaba a apoyarlo se sentía mal por no poder hacer bien su trabajo y a pesar de que le decía que no estaba bien sentirse de esa manera, el solo quería que lo obedeciera, así que eso hice. Y a pesar de todo lo malo, me había sorprendido que después de todo lo que el estaba sintiendo al respecto con los cuerpos, se había regresado a terminar con lo que empezó.
Eso era algo por lo que, de alguna manera, me hacía sentir realmente orgullosa de él.
—Lo hiciste bien —toqué su brazo con una sonrisa de oreja a oreja
Sus ojitos castaños brillarón al escucharme
—Vamos, tienes que ver esto.
Lo seguí con el corazón en la mano. Me guío directo a una cajita metálica en dónde estaban las letras dentro, estaban echas con plástico. Exhale e inhale varias veces intentando calmar mi acelerado corazón.
Los segundos pasaban mientras acomodaba las letras a como creía que era el orden. Podía sentir miradas fijas sobre mi que me hacían sudar por todos lados.
Calma. Pensé cuando las manos comenzaron a temblarme pero no me duró mucho el gusto de permanecer tranquila cuando leí el mensaje que sabía que me habían mandado a mí:
Te encontraré
Cerré la caja rápidamente con la mirada puesta sobre la pared. Toda mi sangre se enfrió, comenzaba a sentir el latido feroz sobre mi pecho al igual que las arcadas que tenía que aguantarme.
—¿Que pasá?
Negué con la cabeza parpadeando varias veces, estaba viendo borroso
—Ya sé cuál es el mensaje —me aparte dando pasos hacia atrás —Tomare las evidencias, ya tengo que irme.
Tomé fotos y videos lo más rápido que pude, ya cuando estuve lista me volví a acercar a Frederick que me veía desde su lugar.
—No diré nada sobre lo que pasó hoy —quise aclararlo —Quedate tranquilo.
—Gracias, Nisha.
—Nos vemos luego.
Salí sacándome todo lo que tenía puesto, me eche agua en la cara y antes de que a alguien se le ocurriera decirme algo, camine entre los pasillos tal y como recordaba por dónde la chica me había llevado. Llegué a la recepción en poco tiempo, la chica me sonrió cuando pasé por su lado.
—¡Regrese pronto!
Le di una sonrisa que esperaba no se viera falsa, no por qué no me cayera bien, pero tenía la mente en otro lado.
Al momento de salir el aire helado me dió en el rostro, agradecía poder sentirlo, tomé una bocanada de aire antes de subirme al auto. Mientras conducía no paraba de pensar en todo lo que ocurriría si esto seguía de esta manera, ¿Que se suponía que todo esto significaba? Debía haber una razón por la que estaba buscándome, pero no comprendía el por qué.
Llegué a la agencia en menos que nada, me estacione rápidamente. Me quedé un momento dentro del auto con mi mente divagando.
¿Cuántos asesinatos más habrá?
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Brais: Un pueblo con seres oscuros y sangrientos
Mystery / ThrillerLos asesinos más peligrosos viven junto con los pobladores. Todos ellos tienen algo en común, y eso es la enfermedad que llevan en los ojos, lo que los hace más fáciles de identificar: la heterocromía. Sus víctimas son asesinadas a sangre fría y no...