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Todos somos malvados de una forma u otra, ¿no?
Richard Ramírez
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49
No se cuánto tiempo habrá pasado. Pero mi cuerpo tirita sobre el suelo, la falta de sangre me hace sentirme más débil mientras el tiempo transcurre. No hay nadie cerca al que pueda pedir ayuda, y mi voz no logra salir. Parece que mi propio ser anhela abandonarme, el dolor que siento no solo es corporal, mi cabeza repite aquel escenario, aquellos ojos castaños llorosos, significado de que se había rendido mucho antes de que todo ocurriera.
Cierro los ojos esperando el final, pero unas pisadas extrañas, lo bastante cerca de mi cuerpo me hacen agudizar el odio. Abro los ojos justo para encontrarme un par de botas negras frente a mí. La persona desconocida se agacha para verme a la cara. Aquel desconocido utilizaba una mascarilla negra, y en cuanto veo aquellos ojos de distintos colores, intento lanzar un puñetazo a su cara, pero me detiene con bastante sencillez.
—Tranquila, no vengo a hacerte daño —susurra dejando caer mi mano al suelo.
Esa voz…
Era la misma que había escuchado aquel día de la cena extraña: la misma voz que se me hacía conocida. Solo que aquella vez no pude verle el rostro, así que no podía estar segura si era la misma persona.
—¿Q-que es lo que quieres? —pregunto por lo bajo, intentando tomar aire por la boca. Cualquier pequeño movimiento, me dolía como el mismísimo infierno.
No responde y tan solo observo como sus botas me rodean. Sus pasos se van alejando y lo único que escucho es el grito de otra persona:
—¡Despertó!
¿Quién despertó?
Parpadeo con lentitud, tocando el suelo con las manos para levantarme; pero estaba tan débil que hacer un movimiento tan sencillo como ese, me costaba demasiado.
—¡Suéltenme!
El grito de Brais me hace agrandar los ojos, mi latido se descontrola y mi cuerpo hace todo el esfuerzo para sentarse al escuchar el grito de Jen que pide que lo dejen.
—No te levantes —las manos de aquel hombre me toman de los hombros. Me sobresalto ante tal movimiento tan repentino. Pero no podía sentirme segura, por lo que niego con la cabeza, esperando que me suelte; volteo varias veces hacia atrás intentando ver qué es lo que está pasando—. Hazme caso, Nisha.
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Brais: Un pueblo con seres oscuros y sangrientos
Mistério / SuspenseLos asesinos más peligrosos viven junto con los pobladores. Todos ellos tienen algo en común, y eso es la enfermedad que llevan en los ojos, lo que los hace más fáciles de identificar: la heterocromía. Sus víctimas son asesinadas a sangre fría y no...