Capítulo 44

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Su silencio fue doloroso, pero sus mentiras fueron la causa de mi muerte.

° ° °


44

Las luces se apagan, todo el mundo se levanta de sus asientos en busca de la salida que no está muy lejos. Me levanto observando el segundo piso donde los Thames se escapan de mis ojos. Me adentro al escenario con cuidado de no encontrarme con nadie, todos están de un lado a otro y parecen no notarme.

Eso es lo mejor…

Me escondo detrás de una pared oscura cuando voces conocidas llegan a mis odios; detengo mi respiración, ser encontrada no es algo que yo anhele. Los pasos se escuchan cada vez más cerca, hasta que pasan por detrás de la pared de madera que me cubre.

—¿Ya los encontraste? —reconozco aquella voz: Try Thames.

Pero no hay respuesta alguna. Lo siguiente que escucho en la misma voz de aquella chica que esperaba algún día encerrar.

—De acuerdo.

Los pasos se alejan y, con cuidado medio me asomo para verificar que estén lo suficientemente alejados como para ir detrás de ellos. Salimos del auditorio con una que otra mirada de ellos, doy pasos cortos, deteniendome  cada cierto tiempo cuando siento que podrían mirar detrás de ellos. Salimos de esa zona, cruzando calles tras calles, entre la oscuridad y el aire frío que cala cada parte de mi cuerpo. Camino detrás de ellos varios minutos hasta que entramos en una zona no tan lejos, que parece ser el final de la calle, al fondo está una enorme casa de dos pisos y a sus alrededores casas más pequeñas, que transmiten vibras tenebrosas por el mal estado en el que se encuentran.

Me detengo detrás de una de las paredes de dónde comienzan las casas, me asomo para no ser descubierta. Try Thames y Jason Thames entran a esa enorme casa y no vuelven a salir; a pesar de que me quedo una hora más detenida en ese lugar.

Entonces ahí es donde viven… Pienso intentando recordar el lugar por dónde caminamos.

Me la pienso dos veces antes de terminar por irme del lugar antes de que hiciera una locura y me descubrieran. Eran dos contra uno y era demasiado obvio quien perdería si comenzábamos una pelea. Regreso por el mismo camino donde varios de los pobladores psicópatas están fuera de sus casas con barriles con fuego. Ignoré a cada uno hasta que al fin llegue a casa, bajé el cubrebocas antes de poner una mano en la perilla y abrir la puerta. El rechinido me hizo detenerme un segundo, aprete los labios antes de continuar; sin embargo, en cuanto di un paso dentro, las luces se encendieron de repente, dejándome ciega un momento.

¿Pero que hace Yannick? Me quejé antes de abrir los ojos.

Retrocedí el mismo paso que había dado cuando me encontré con Jen y Brais cruzados de brazos, observándome con la molestia plasmada en sus rostros y un Yannick sentado en el sofá como perrito regañado.

Brais: Un pueblo con seres oscuros y sangrientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora