Devious Secrets +18 (español)

CAPÍTULO 4

Nueva Era

Kiara

Una luz amarillenta que entra de las cortinas de mi habitación me hace abrir los ojos pesadamente después de haber dormido tan solo cuatro horas.

La cabeza me sigue martillando cuando me levanto por completo, tres días después de mi graduación, tras haber pasado todas las noches de fiesta junto a mi mejor amiga. No suelo salir tanto, pero ella me convenció de pasar noches seguidas bailando como locas de discoteca en discoteca.

Me froto los ojos a la vez que me veo en el espejo y en el momento que lo hago me arrepiento ya que mis pintas no son muy normales que digamos. Tengo el pelo hecho un desastre, la cara adormilada, un aliento horrible en la boca y un pijama que consiste en un short pegado y una camiseta ceñida de tirantes. Ambos tienen el estampado de pequeños corazones de color rojo. Antes de dirigirme hacia la cocina, me lavo los dientes para quitar este aliento, y luego me dirijo a la misma para servirme un vaso de jugo de naranja hasta que veo a Thalia—perfectamente arreglada con unos vaqueros anchos blancos y con una camisa azul y el pelo suelto, le dan una ligera elegancia a su atuendo casual—en la cocina charlando animadamente con mi madre.

Se giran cuando escuchan mis pasos y me sonríen alegremente.

—Se despertó la bella durmiente —dice mi mejor amiga mientras la observo con una cara de asesina, a lo que ella simplemente gira los ojos divertida.

—Ya me gustaría a mí dormir tanto como ella —digo bostezando y quitándome este mal humor que llevo arrastrando desde hace unos días desde que conocí a aquel hombre tan odioso—. Pero al parecer, alguien ha dormido genial a pesar del caos de ayer.

No sé cómo acabé ayer para tener que volver a escondidas de mi madre para que no me vea en esas pintas. Fuimos a una pool party en la cuál en un momento monomaníaco, nos bañaron completamente de licor y por si no fuera suficiente, nos manchamos de barro al resbalarnos con el mismo.

—Fue una noche inolvidable —dice sujetando su cara con sus dos manos apoyadas en la misma mientras sus codos descansan en la superficie del mármol de la isla—. Pero día nuevo, aventuras nuevas.

Literalmente salta de su silla y yo no sé qué ocurre cuando veo a mi madre sonreírle a Thalia como una hija, y ciertamente lo es.

—¿Sé puede saber qué ocurre aquí? —digo arqueando una ceja con una faz de incomprensión.

—¡Me mudaré a New York! —me suelta emocionada y yo no comprendo del todo bien de qué es lo que va el asunto.

—Espera espera... ¿Cómo que te vas a New York?

—¡Así es! —sigue saltando y yo me sigo preguntando por qué—. Me aceptaron en el postgrado que solicité y lo estudiaré en el mismísimo New York. Además, ¡ya tengo un trabajo donde adquirir experiencia con un bufete!

Grito emocionada y voy corriendo hacia ella dando pequeños saltitos y la abrazo fuertemente orgullosa de lo que se está convirtiendo mi mejor amiga. Ella merece el mundo entero y por supuesto que lo tendrá.

—¡Eres genial, Thal! —digo y me separo de ella a la vez que le cojo el rostro con mis manos—. Estoy tan jodidamente orgullosa de ti.

La miro con orgullo y me alegro tanto por ella que ni siquiera pienso que nos vamos a separar. Pero cuando la realidad me golpea, me es inevitable entristecerme.

—No te preocupes, mi gatita negra —dice al percatarse de mis segundos de tristeza que elimino en un parpadear de ojos—. Seguro que si intentas escribirle a una de las empresas de arquitectura te aceptarán. Eres la mejor estudiante de todo Harvard, ¿por qué no lo intentas?