CAPÍTULO 9

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Secretos

Kiara

Son las seis de la tarde y yo sigo aún con los bocetos que trato de perfeccionar para que queden acordes a las expectativas de la señora Smith.

Llevo más de seis horas en lo mismo y es que no puedo dejar pasar esta oportunidad de poder posicionarme más alto en esta empresa.

Quiero y deseo uno de los puestos más altos, y lo conseguiré. Me esforzaré cuanto sea necesario para llegar a la cima y sentirme orgullosa de mi misma, para que mi niña interior lo esté también.

No puedo defraudarla.

A pesar de todo, no puedo hacerlo, de hecho...

Debido a todo eso, no debo hacerlo.

Suena mi teléfono y lo cojo intentando despejarme del dolor de cabeza que me causa estar encerrada sin ver a nadie más desde la reunión de esta mañana.

"Espero que estés a tiempo para hacer la cena."

Mierda.

Lo había olvidado por completo.

"Hoy estoy ocupada al final, mejor prepárala tú pero por lo que más quieras, procura no quemar la casa."

"No iba a hacerlo, se nota que no conoces bien mis habilidades culinarias."

"Claro que yo no lo sé, pero tu antigua cocina lo sabe a la perfección."

"Ja-Ja-Ja, que graciosa que estás últimamente."

"Lo sé ;)"

Dejo el móvil en mi bolsillo con el dolor de cabeza aumentando mi estrés cuando veo la mesa repleta de hojas y aparto los pelos que me caen en la frente como si eso fuera a desestresarme.

Necesito descansar.

Llaman a la puerta dos veces seguidas y yo intento lucir un mejor estado del actual.

—Entra —digo a la vez que me levanto organizando los papeles regados por toda la mesa y aparece Kim por la puerta.

—Llevas encerrada aquí todo el día —comenta apoyándose en los sofás delante de mi mesa—. ¿Qué haces?

—Ya sabes, trabajar —respondo sin más.

—No creo que llamar para contratar personal te lleve más de tres horas, Kiara —ríe.

—No estoy para tus chistes, Kim —termino de recoger todo y meterlo en mi bolso—. Dime, ¿para qué has venido?

— Que carácter, chica —silba divertida—. Solo vine a proponerte acompañarnos al jardín de la cafetería para así despejarte un poco. Tanto trabajo no es bueno para la salud —me guiña el ojo.

—Bien —sonrío ligeramente haciendo desaparecer mi estado de defensa—. Vamos.

Me devuelve una sonrisa más abierta que la anterior.

—¡Perfecto! —grita emocionada recordándome a Thalia enredando su brazo en el mío—. Tenemos muchas cosas de las que hablar.

Frunzo el ceño confundida sin saber de qué está hablando, dejándome llevar por su repentina actitud emocionada.

Salimos de mi oficina pasando por el pasillo recto donde la gente no deja de mirarme con curiosidad. Quizás sea por lo de esta mañana, no estoy segura, por lo que, simplemente, dejo que me miren mientras alzo el mentón y tomo una actitud confiada.

Devious Secrets  +18 (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora