CAPÍTULO 20

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Esmeralda Parte 2

Kiara

Mi retorno junto a Kenji es nuevamente un completo lío. Tuve que derribar a dos personas con mi rifle antes de llegar hasta él y como esperaba, está desatinado por el dolor que le causa su muñeca.

Alza la visión cuando me agacho frente a él y lo siento culparme en todos los idiomas posibles y sin pronunciar palabra.

—Pásame tu brazo —le digo con el trozo de tela del mantel en mano—. Te intentaré sacar la bala.

Él no obedece esta vez, sino que se mantiene con su expresión en el rostro que denota traición y en parte deslumbro algo de dolor desde sus ojos lagrimosos. No creo que sea todo por causa del brazo, sino que por mi reciente situación con el señor Novikov.

—No me mires así, Kenji —alcanzo su brazo a la fuerza y él emite un grito ahogado cuando lo hago—. Pronto sabrás porque lo hice.

Niega lentamente con la cabeza.

—Tú... Tú lo salvaste... —musita suavemente y yo me concentro en mi trabajo.

—Sí, lo hice —hundo mi dedo en su herida y su grito es audible en toda la sala—. Y no me arrepiento.

Husmeo en su herida y no me cuesta encontrar la bala. La saco mientras él se retuerce del dolor y le vendo el brazo con la tela.

—Era mi plan, Kiara —brama inhalando oxígeno velozmente—. ¡Y tú lo echaste a perder!

No le respondo y me dedico a atar con fuerza su herida para evitar el derramamiento de sangre en exceso.

Lo miro detenidamente y lo sujeto de los hombros para que me preste atención.

—Escúchame, Kenji. Debemos salir de aquí cuanto ant... —una bala atraviesa la mesa y destroza la mitad de ella.

Nos refugiamos en la poca madera que queda y yo maldigo en voz alta.

Ya llegaron.

—¿Por qué nos disparan? —tartamudea Kenji y yo miro a mi alrededor buscando una ruta segura.

—Porque no son tus hombres —me giro hacia él y su rostro empieza a iluminarse con comprensión—. Debemos salir de aquí ahora mismo. Tu estado es crítico así que te posicionarás detrás de mí. Yo te defenderé.

Él abre los ojos incrédulo y ya estoy preparada para su negación.

—Te matarán, Kiara —refuta y yo empiezo a tomar posición cuando visualizo a un soldado a lo lejos.

—No lo harán —digo confiada y tomo su pistola junto a sus balas—. Solo confía en mí.

Y el segundo impacto llega hacia la parte sobrante de la mesa, sin embargo, yo y Kenji ya no nos recubrimos tras esta. Camino a paso rápido con mi prometido cubriéndose con mi cuerpo y figuro a numerosos soldados con vestimenta distinta de los soldados de Kenji.

Tengo una ruta en mi cabeza que intento cumplir al pie de la letra derribando a todo hombre que se interpone entre esta.

Mis sentidos aumentan y me dejo guiar por mis reflejos cuando un militar está apuntando hacia la cabeza de Kenji. Pero yo soy más rápida y lo derrumbo en cuestión de milisegundos.

Tomo de la mano a mi prometido y me apresuro hacia la puerta de salida de emergencia. Una cantidad desorbitada de hombres que no dejan de entrar, tratan de buscarnos, pero yo me he vuelto a refugiar en una columna.

Devious Secrets  +18 (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora