CAPÍTULO 28

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Tic-Tac

Kiara

Todo el mundo me observa cuando entro a la recepción de la empresa. Me quito las gafas de sol e ignoro los murmullos que se alzan cuando paso por sus alrededores.

No me importa lo que sea de lo que estén hablando. Mi imagen aparece en todos los medios y ciertamente, eso solo hace más creíble mi plan de descubrir lo que Kenji me oculta.

Me dirijo hacia al ascensor y pulso el botón del piso 75 cuando estoy dentro. Pero cuando este está a punto de cerrarse, cierta persona repugnante y que me saca de quicio entra posándose al lado mía.

A Elisa le brillan los ojos y su sonrisa no desaparece al cerrarse el ascensor. Lleva un vestido gris de la marca con la que trabaja, que en mi opinión es demasiado sencillo y poco formal para trabajar, pero poco me importa.

—Buenos días, Kiara —habla posando sus ojos en mí—. ¿A qué viene esa cara tan larga? ¿Algo no ha ido bien últimamente?

Su tono fingido me enerva y me sereno para no estamparla contra el espejo del ascensor.

—Señorita Pearson —corrijo.

—¿Qué?

—No me tutee, no soy su amiga o algo del estilo —respondo girando los ojos.

—Bien, señorita Pearson —dice—. Pero ahora dime, ¿Qué le ocurre? No se ve muy bien que digamos.

Tenso la mandíbula para evitar cometer un crimen y finjo una dulce sonrisa.

—¿Por qué cree que algo debería de ir mal?

—No sé, usted me dirá, sale en todos los noticiarios —habla con un aire de superioridad.

—Le agradezco su preocupación innecesaria, señorita Zanoli, pero todo está en orden.

—Mejor no me llame señorita Zanoli.

Me cruzo de brazos sin mirarla y enarco una ceja.

—¿Acaso no es ese su apellido?

—Así es, pero pronto seguramente eso cambie, ¿quiere que le diga el por qué?

—Mejor no.

—Es una pena entonces —dice lamentada y yo me estoy hartando de compartir aire con ella—. De todas formas se lo diré porque me hace mucha ilusión.

Esta mujer es una pesadilla.

—Creo que el señor Novikov me va a pedir matrimonio. Ayer lo escuché preparar una sorpresa para mí.

Una punzada me recorre el pecho al escuchar tal afirmación y me volteo hacia ella.

—Que hermoso —digo con ironía —, pero ¿Cómo sabes que es para ti?

—¿Para quién más sería si no?

Suspiro hondo y me dirijo hacia mi oficina cuando las puertas del ascensor se abren para dejar de escuchar las niñeces de esa mujer.

Dejo mi bolso en el sofá y me quito la gabardina quedando solo en pantalón rojo y top negro de encajé en forma de corsé.

Me siento en mi sitio y trato de olvidar lo que Elisa me ha dicho, pero la rabia es inevitable y en verdad quiero arrancarle las pelotas a ese mentiroso.

Seguro que todo lo ha hecho para evitar que no me case con Kenji, para poder atacarlo de alguna forma.

Despejo mi mente de esos dos hombres y me cierno en la caja negra de forma redonda que posa nuevamente en la mesa.

Devious Secrets  +18 (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora