CAPÍTULO 17

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Dulce Engaño

Kiara

1 semana después...

Las calles de Nueva York están abarrotadas de gente charlando y disfrutando de la vista de la ciudad. Nueva York es el sueño de cualquier persona y ciertamente comprendo el porqué.

Nueva York tiene el poder de hacerte sentir mágica, libre y ligera. Diariamente salgo a pasear por todas sus calles y no puedo estar más agradecida con el destino de poder vivir en una ciudad como esta.

Desde que pisé por primera vez la hermosa metrópoli y alcé mi cabeza para ver los enormes edificios que nos rodeaban, supe que, en cierto modo, Nueva York fue creada para mí.

Hoy es uno de esos días en los que me siento dueña de toda esta ciudad con tan solo caminar por ella. Lo hago con una sonrisa, sin escrúpulos ni dudas.

Con confianza.

No reconozco a mi actual yo. Mi yo de hace un mes era totalmente distinta. Era seria y no sonreía ni una sola vez a la semana. Solo tenía cabida para mi progreso personal y no puedo describir lo mucho que aprecio haberme tomado esa etapa para mí misma ya que, gracias a eso, ahora soy aquello que un día soñé ser.

Camino con seguridad sin dudar ni un solo segundo de mi valor y entro en la tienda de flores de la mujer que conocí los primeros días de mi estadía en la ciudad.

—¡Buenos días, Julia! —saludo entusiasmada a la mujer que yace preparando un gran ramo de pequeños girasoles.

—¡Kiara! —gira hacia mí y se levanta con una sonrisa en el rostro pecoso que la caracteriza—. ¡Qué alegría tenerte aquí tan temprano!

Se acerca hasta mí y me corresponde un abrazo que alargo y nos separamos tras un rato.

—Acostúmbrate a mí, Juli —digo feliz—. He pensado que podría pasar por aquí todas las mañanas antes de irme al trabajo.

Ella dibuja una sonrisa perfecta haciendo destacar los rasgos de su físico europeo. Julia es española, de cabello castaño color caramelo y lleva viviendo en Nueva York desde los 18 años.

Fue una de esas pocas personas que decidió dedicarse a aquello que amaba sin importar las pocas salidas que tendría. Desde pequeña estudió cada una de las flores existentes en el mundo y creó su pequeño negocio para recaudar dinero a partir de los 16 años. A los 18, se apoyó de ese dinero y junto a la ayuda de sus padres, se mudó a la ciudad de sus sueños haciendo crecer poco a poco su sueño.

A día de hoy, tiene 32 años y es una de las mejores floristerías de toda la ciudad.

—¡Esa es una espléndida idea! —responde emocionada mientras se da la vuelta en buscar algo.

—Te traje un trozo del pastel de chocolate que hice ayer junto a tu café preferido —digo yendo hasta el mostrador y dejándolo encima mientras ella escoge una tela para el ramo—. Frappuccino con chocolate blanco.

—Te lo agradezco, sol —habla dedicándome nuevamente su atención y se acerca hacia mí para estirarme el moflete como siempre hace—. Eres tan dulce conmigo. Que suerte tuve de conocerte aquel día.

Sonrío nostálgica al recordar como aquellas flores y su actitud positiva animaron mi noche y me ayudaron a hacer desaparecer las pesadillas.

—Ten —me ofrece el ramo de girasoles pequeños junto a flores de verbena. Los envuelve una tela conformada por hilos vieja y un lazo morado que rodea el tallo de estas—. La preparé especialmente para tí.

Devious Secrets  +18 (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora