Devious Secrets +18 (español)

CAPÍTULO 6

Destino

Kiara

A lo largo de mi vida, pasé por muchas situaciones que no repetiría en mi vida. Hubo momentos que me marcaron y dejaron cicatrices en mi corazón. Momentos que quedaron en el pasado al abandonar aquella ciudad.

Y él era uno de ellos.

Él no es nada comparado con mi pasado oscuro, y eso ya debería ser suficiente, pero no lo es. Y es que me sigo preguntando porqué me molesta tanto su olor, sus ojos, su mirada, su pose, su actitud...

...su forma de saborear mi nombre con la boca...

...y su existencia entera.

Pero en este preciso instante, no puedo hacer otra cosa que no sea mirarlo fijamente a los ojos embelesada de aquel gris—casi negro ahora—que provoca terror, cosa que no funciona conmigo ya que la perfecta combinación que hace con el azul marino solo me provoca...

Dejo de divagar y al volver en sí, levanto la cabeza en alto preparada para lo que sea que esté ocurriendo ahora mismo.

Trato de unir lazos mentalmente, preguntándome muchas cosas en un solo segundo.

Él es el CEO de esta empresa, es decir, el gran rival que preocupa tanto a Kenji.

Y empiezo a comprender el porqué.

¿Cómo ha dado conmigo?

¿Por qué me quiere en su equipo?

¿Sabrá que soy la pareja de Kenji?

¿Será cierto eso de que me quiere usar de rehén para llevar a cabo su plan?

Me yergo por completo con todas las alertas encendidas cuando veo como se levanta de su silla para rodear la mesa, con su atractivo caminar, y apoyarse en ella.

No quiero hablar, no quiero dirigirle la palabra, solo quiero salir de esta oficina y correr lejos. Lejos de todo lo que presiento que se avecina.

Pero jamás he huido. No hui antes, no huiré ahora.

La gente suele creer que escapar de los problemas es ser inteligente o precavido, cuando realmente solo estás siendo cobarde e irresponsable. No se gana nada posponiendo los problemas que inevitablemente, acabarán tocando tu puerta.

La vida se basa en coger una espada y luchar en la guerra a pesar del miedo a la muerte. Y es la única forma de progresar en este mundo de mierda.

Y eso es exactamente lo que pienso hacer.

Desde que he entrado, no deja de observarme de la misma forma depredadora pero que yo no dejo que me doblegue. Y que pena de él si piensa que es tan fácil hacerlo.

Soy tan depredadora como él.

—Me han comunicado que quería verme —digo en un tono firme, con el miedo desvaneciendo gracias a mi seguridad y confianza. Con una postura recta, el mentón en alto y controlando hasta mis parpadeos, digo—: ¿A qué se debe tanta exigencia?

Deja salir una risotada seca e irónica al escucharme mientras cambia su expresión a una de incredulidad.

—No finja que usted no me conoce, señorita Pearson —dice y se separa de la mesa mientras se cruza de brazos—. Por lo menos ahora ya conozco su nombre.

Este hombre me saca de quicio y es que jamás ha sido tan difícil controlar mis alteradas emociones con alguien como lo está siendo con él.

El señor odioso, más odioso que he conocido en mi entera existencia.