CAPÍTULO 22

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Fuerte

Kiara

La boda de Kenji y mía está a la vuelta de la esquina. No entiendo ni cómo ha pasado el tiempo tan rápido desde que murió su padre, pero ya hace dos semanas que marchó hacia su funeral.

Mi madre está sentada junto a Thalia y a mí en el sofá, eligiendo los numerosos vestidos que hay en las revistas.

Tras lo sucedido con las imágenes tan extrañas que recibí, Kenji volvió poco después y por alguna razón, sentí que algo dentro de él había cambiado de forma sutil.

Ahora me presta mucha más atención que antes, y no deja de preocuparse cada vez que no sabe dónde estoy. Él está constantemente mimándome con cariño y en parte eso me hace feliz, pero por una razón que no comprendo, no tan feliz como yo imaginé que sería.

Me planteó la idea de casarnos cuanto antes y yo acepté. Nuestra ceremonia será el 30 de agosto, ya lo hemos anunciado a la prensa y todo el periódico habla de ello.

Me he pasado una semana entera planeando toda la boda junto a una planificadora de bodas. Ella está demasiado apresurada e inquieta por tener todo perfecto en un tiempo tan corto, a pesar de que intento tranquilizarla continuamente.

Siempre soñé con una boda de fantasía, una boda inolvidable y memorable. Pero me temo que no será posible ya que con el presupuesto no puedo desear algo magnífico y tampoco me siento bien pidiéndole a Kenji que cumpla mis deseos de niña caprichosa.

—Creo que este vestido es perfecto —señala mi madre.

Thalia arruga la frente.

—Es demasiado sencillo, ¿no crees, Kiara?

Asiento viendo por encima el vestido y pongo nuevamente mi atención en las vistas de Nueva York con una presión en el pecho.

—Entonces mira este otro —dice Olivia y me volteo—. Creo que te quedaría de maravilla.

No tengo ganas de hacer esto, pero ver el brillo en sus ojos me motiva, de todos modos, no todos los días se casa su hija.

—Es bonito —sonrío ante el vestido de cola de sirena.

Mi madre y Thalia se miran entre sí cuando levanto la vista.

—¿Qué? —pregunto en su dirección.

—No te han gustado, ¿cierto? —pregunta Thalia.

—Sí, es solo que...

—Yo sabía que no le gustarían los vestidos de novia demasiado ajustados —dice Thalia a mi madre y ella le entrecierra los ojos—. Te comprendo, amiga. Seguro que estás deseando tu vestido enorme de princesa rodeado de diamantes y...

—No es eso, es solo el estrés de planear todo en tan poco tiempo. —interrumpo con una mentira.

Mi madre me contempla comprensiva y me anima en lo que nos queda por planear juntas, pero Thalia es consciente de mi mentira por las miradas que me lanza.

A veces me asusta lo mucho que me puede llegar a conocer.

Al rato de una hora, ya sé cuál es el vestido que quiero y me lo pruebo antes de salir del vestuario.

Cuando lo hago, mi madre se lleva las manos a la boca sorprendida y emocionada. Le sonrío mientras camino y me posiciono en la pequeña tarima circular enfrente del espejo.

Aliso las arrugas imaginarias y Thalia se acerca hacia mí con una sonrisa de orgullo. Sé que todo esto lo hace porque me ama a pesar de que jamás llegó a caerle bien Kenji.

Devious Secrets  +18 (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora