Capítulo 18

263 43 7
                                    

Jungkook


Nari estaba aquí.

Jungkook quería preguntar sobre su ala. Sobre la gema. Sobre ser de Oro, y si quería hacerles daño, y si conocía a Alumn, dónde estaba Donghae, si el bronce estaba cerca. Pero sobre todo quería preguntar por su ala. Ella había prometido curarlo. Él le había dado la amatista. Ella estaba de vuelta, y completamente restaurada como Oro. Ella se lo debía.

—¿Jungkook?

Él parpadeó. Ella había hecho una pregunta y él no había estado escuchando. Jimin estaba de pie detrás de ella, manteniéndose en los bordes de donde llegaba la luz del fuego, cauteloso y en alerta, como debía ser. Jungkook no pudo evitar que su atención se desviara hacia Jimin. El mundo se movía bajo sus pies. Necesitaba a su testarudo elfo a su lado más de lo que jamás admitiría ante nadie de los presentes, incluído Jimin.

—Yo... —Jungkook se aclaró la garganta—. ¿Preguntaste algo?

—¿Otra vez con la cabeza en las nubes, príncipe? —Preguntó Nari

Dongwook sonrió, y Jungkook lo fulminó con la mirada. El tonto había intentado que lo mataran. Si Jungkook no hubiera estado tan enojado, podría haber probado su mirada en el joven dragón. En vez de eso, lo había matado, como un típico dragón.

—Dios mío, los príncipes nunca dejaron de pelear. —Nari le dijo esto a Leah, tal vez sintiendo que la joven elfa necesitaba algo de ayuda para entrar en calor con ella. Leah parecía desconcertada por todo el encuentro, mientras que, a su lado, Dong observaba, como si fuera plenamente consciente de que los elfos del grupo eran ahora tan numerosos como los dragones.

Nari suspiró. —Tengo noticias funestas. —Miró a Jimin. La garganta del elfo se estremeció al tragar saliva—. El Líder Bronce tiene una fuerza de más de mil. La mayoría son joyas, adoptados cuando cayó la torre y de crías más débiles de mediados de Francia y España. Tengo varios espías entre sus tropas. Me dicen que se dirigía al norte, donde creía que estabas tú, Jungkook, pero desde entonces ha ajustado su curso. Podría ser que se enteró de que te habías movido y estabas de nuevo en el viento. Ahora se dirige al este.

—¿Hacia el este? —preguntó Jimin, acercándose.

—Busca atraerte, elfo, sabiendo que Jungkook te seguirá. —Un movimiento astuto para Donghae. Normalmente no se le habría ocurrido tal cosa. Tal vez el bronce estaba aprendiendo—. ¿Qué hay en el este? —Nari preguntó.

El rostro de Jimin palideció. —Ashford, —susurró. No era tanto una pregunta si no  una afirmación.

Leah jadeó y Dong pronunció algo que Jungkook no captó. Entonces, ¿este lugar Ashford era precioso para los elfos? No había oído hablar de ello y trató de no tomárselo a pecho. ¿Acaso Jimin no confiaba en él lo suficiente como para hablarle de ese Ashford?

—Debemos irnos, Jimin, —Dong se puso en pie y miró a Jimin—. Tú, yo y Leah. Ahora. No podemos permitir que los dragones entren en Ashford.

—Lo sé, —respondió Jimin, con demasiada calma—. ¿Cuánto tiempo? —preguntó a Nari.

—Nueve días, tal vez diez, dependiendo del viento.

—Pasarán ocho días antes de que podamos llegar a Ashford a pie, —dijo Dong—. Eso es demasiado tiempo. ¡Es demasiado tiempo! Alumn... Jimin, ¿qué hacemos?

—Sólo... Dame un momento para pensar. —La mejilla de Jimin palpito—. ¿Cómo saben de Ashford? Sólo unos pocos elfos saben que existe.

—¡No importa cómo! Tenemos que irnos ya, —instó Dong.

Elfo y Dragón #3 Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora