Elfo y Dragón #3 Kookmin

Capítulo 19

Jimin

El viaje de vuelta a su asentamiento les llevó demasiado tiempo, pero lo lograron en dos días, viajando de noche. Jimin no se había dado cuenta de lo mucho que había temido que su nuevo hogar hubiera sido destruido en su ausencia hasta que vio las luces de las antorchas y exhaló un suspiro. Taehyung podría haberle hablado a Donghae de este lugar, así que tal vez Taehyung no había perdido toda la razón.

Alice los saludó con una amplia sonrisa que rápidamente se transformó en preocupación al ver su cansancio y sin Jungkook entre ellos.

—¿Qué ha pasado? —preguntó.

—Te lo contaré, pero... —La apartó a un lado mientras Dong y Leah escoltaban a Dongwook hasta una cabaña. El dragón estaba cada día más fuerte—. Ashford va a ser atacada.

—¿Ashford?

—Una fortaleza de los elfos. Donghae se dirige hacia allí con una horda de dragones. Tiene a Taehyung. —No necesitaba decir más. Las implicaciones eran claras. Todo lo que Taehyung sabía, también lo sabía Donghae. Jimin había pensado un poco más mientras luchaba por el bosque, cada paso lo alejaba más de donde realmente quería estar, con quien realmente quería estar—. Necesito a todos los elfos que sepan llevar una espada. A los humanos también, si están dispuestos a luchar con nosotros.

Alice no dudó. —Por supuesto. Correré la voz. Supongo que partiremos de inmediato.

Jimin asintió con fuerza. —Dame un poco de tiempo... Hay algo que tengo que hacer. —Siguió el camino de Leah y Dong y entró en la cabaña a la que habían llevado a Dongwook. El Príncipe Negro se había quitado el abrigo, como si estuviera en su casa. Jimin cruzó la pequeña cabaña en pocas zancadas, agarró al dragón por el cuello y lo inmovilizó contra la pared.

Dongwook hizo una mueca de dolor, pero sonrió. —Me preguntaba cuándo estallarías, elfo.

—Cuando lo haga, no lo verás venir, dragón. —Jimin apretó y un poco más y la sonrisa de Dongwook se rompió—. No confundas esta tregua con mi aceptación por ti. Que Jungkook no te haya matado no significa que yo no lo haré.

Dongwook respiró por la nariz, con sus ojos oscuros absortos en Jimin. —Si quisiera traicionarte, ya lo habría hecho.

Y eso era lo que Jimin no podía entender. ¿Por qué Dongwook seguía aquí? Era lo suficientemente fuerte como para tomar vuelo, para ir a cualquier parte, ¿por qué quedarse? Y no se tragaba la excusa de que "no tenía adónde ir". Un dragón con las dos alas podía ir a cualquier parte.

—Vamos a Ashford. Estás con nosotros o en contra, y no he visto nada que me convenza de ninguna de las dos cosas, así que convénceme ahora o te mato aquí.

—Maté a la esmeralda...

—No trates de decirme que fue por Jungkook. Lo hiciste porque sabías lo que ese dragón podía hacer, y ahora mismo, me inclino a creer que le harás lo mismo a Jungkook, cuando él regrese. Eres un dragón de la peor clase, del tipo que teje sus mentiras alrededor de sus víctimas.

En los ojos del príncipe brilló un extraño deleite perverso. —Si tan bien me conoces, mátame de una vez.

Jimin lo soltó y se alejó, tomando la espada de su espalda. Debería hacerlo él. No podía prescindir de los recursos para tener a este dragón vigilado y llevar a Dongwook a Ashford era sólo marginalmente menos peor que tener a Donghae allí. Sin embargo, dudó. Algo lo retenía, algún pensamiento inquietante que no podía atrapar.

—Hazlo, —lo instó Leah, apareciendo a su lado—. Por Misuk, por los cientos que mató en el asentadero, —se adelantó, liberando su espada—, por nuestro hogar que redujo a cenizas.