Capítulo 05

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Jungkook



El aire olía a humedad y piedra y metal, no como el aroma terroso, a savia de árbol y musgoso que tenía el hogar de Jimin. Jungkook parpadeó mientras miraba a su alrededor, intentando comprender cómo terminó despertando en un lugar que parecía y se sentía como una caja de concreto. Gruñó mientras movía sus músculos adoloridos, apoyó sus manos sobre el suelo y se impulsó para ponerse de pie. La habitación era una caja gigantesca. Se parecía a las extrañas construcciones que los humanos solían apreciar tanto porque vivían en ellas, aunque esta no parecía tener ventanas. Solo un enorme hoyo en una pared.

Se sacudió la tierra de su ropa, inhalando profundamente cuando percibió el aroma de Jimin en su cuerpo y trepó sobre el techo agujereado hasta salir de la construcción, en busca del día. La cálida luz solar lo recibió afuera junto con un paisaje que no reconoció. Era un extraño lugar con mucha llanura y torres verticales desoladas, pero no eran del tamaño de la torre amatista, la que una vez reconoció como su hogar, pero sus diseños eran muy similares. Había varillas que sobresalían de la cima y se doblaban por la mitad, enredadas con otras gracias al viento y los escombros. Al menos podía ver una docena de ellas desde donde se encontraba y todas estaban cubiertas de vegetación.

Mierda. Hacía unos instantes había estado con Jimin. Jungkook se encorvó, se aferró a sus muslos y respiró. ¿Cuánto tiempo llevaba inconsciente? ¿Días? Ni siquiera sabía en qué lugar se encontraba. ¿Estaba al norte, al sur, al este o al oeste del territorio de los dragones? No podía percibir el olor del océano ni del bosque. Solo escombros, piedras y metal. Dioses, había tanto metal. Donde fuera que se encontraba, no quería seguir aquí.

Se asomó un poco más. El maldito elfo que lo mandó a este lugar no parecía andar por ahí. Quizá lo hizo en un intento de ahuyentarlo. Una vez que llegó a terreno más alto, pudo divisar el paisaje con más detenimiento. ¿Qué tan lejos podía llevárselo un solo elfo? Un día de camino como mucho. En poco tiempo sabría dónde se encontraba y para el anochecer estaría de vuelta con Jimin. Y ese elfo y Jungkook tendrían una conversación pendiente.

Una sombra rodeó a Jungkook, oscureciendo la luz y enfriando el aire a su alrededor. Una dragona gigantesca apareció frente a sus ojos, volando entre las torres y extendiendo sus alas mientras planeaba en el aire, preparándose para descender.

Los labios de Jungkook se curvaron y gruñó por lo bajo.

Miura.

Tuvo un aterrizaje perfecto, considerando que pudo perder el equilibrio por el peso de su vientre distendido. El cadáver inerte y sangriento de una vaca colgaba de su hocico.

No iba a huir. No de ella. Además, no sabía a dónde ir. Así que esperó mientras trepaba por el suelo árido y aplastaba la vegetación a su paso. Aún había unos cientos de metros de distancia entre ambos, pero Miura se inclinó y dejó caer el cadáver de la vaca lo suficientemente cerca para que Jungkook pudiera arrugar la nariz. Y entonces la cosa más rara sucedió, Miura comenzó a empujar el cadáver con su nariz hacia él.

Jungkook arqueó una ceja.

—Si crees que darme una puta vaca va a significar algo, estás más loca de lo que creí. Cambia y dime dónde estoy o me largo de aquí.

Miura dio un pisotón sobre el techo encima de Jungkook, provocando nubes de polvo y tierra a su alrededor, despeinando su cabello y haciendo que apretara aún más sus dientes. Miura descendió su cabeza, su aliento hediondo y caliente le inundó la mente.

Jungkook la miró a los ojos. En su forma humana, apenas le llegaba al hocico. Pero no le haría daño. Todo este acto significaba que ella lo quería. Quizá para controlar a la desquiciada progenie de híbridos bronce y amatista que estaba por incubar. Jungkook prefería comérselos antes de ayudarla a criar a esos monstruos. Sin un nido que le proveyera comida para alimentarse durante la etapas de incubación, ella moriría. Las crías se alimentarían de su cadáver. Sería su culpa, carajo, la perra se lo merecía.

Elfo y Dragón #3 Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora