Elfo y Dragón #3 Kookmin

Capítulo 29

Jimin

A medida que las horas pasaban y el sol bajaba del cielo, se hacía evidente que Leah había sido capturada. Jimin luchó contra pensamientos inútiles, los que le decían que ella ya estaba muerta, que era demasiado tarde, que debería haberse dado cuenta antes de que ella no estaba, que, si no se hubiera ido con Jungkook, ella habría estado a salvo. Estos pensamientos de pánico eran improductivos y lo distraían. Él necesitaba actuar, pero más allá de coordinar la búsqueda, no había nada más que pudiera hacer. Decidió que esto era un infierno. Una tortura como ninguna otra. Leah estaba ahí afuera. Herida. Eso era un hecho, y no podía hacer nada.

Para empeorar las cosas, Jungkook ya debería haber regresado. Lo había visto volar hacia el norte, pero rápidamente lo perdió de vista. Eso había sido por la mañana. El sol se estaba poniendo, el cielo sangraba y él no había regresado.

Jimin caminó por el trozo de tierra cerca de la entrada de Ashford donde él ya había marcado un camino.

¿Y si el bronce se hubiera llevado a Leah?

¿Y si Donghae no se hubiera retirado en absoluto?

¿Y si hubiera estado cerca, esperando una oportunidad...

No, no, eso no podía ser cierto. Jungkook no había olido al dragón.

Jimin flexionó los puños, queriendo empuñar sus espadas y luchar contra alguien, cualquiera.

Envidiaba las alas de Jungkook. Si hubiera sido un dragón, podría rastrearlos a ambos y enfurecerse con quienquiera que se hubiera atrevido a quitárselos.

¿Y si Leah ya estaba muerta?

¿Y si Jungkook estaba herido?

—¿Jimin? —La voz acentuada de Alice rompió su locura, aunque sólo brevemente. Él le lanzó una mirada cuando salió del camino. Ella se estremeció.

—¿Noticias? —él chasqueó.

—Nada.

—¡¿Entonces, por qué estás aquí?! —Sabía que no era su culpa. Nadie tenía la culpa, pero necesitaba un objetivo—. Prueba el bosque. Ve más profundo...

—Se está yendo la luz, mon cher. La búsqueda será pospuesta.

¡No, no! Ellos podían buscar a la luz de las antorchas, por el olfato, Alumn, maldita sea. Dejó de pasearse. No podía pensar. Esto no estaba ayudando. Sabía que tenían que detener la búsqueda por la noche o perderían más elfos a causa de los lobos. No quería más muertes. Pero detenerse hacía que quisiera desgarrarse su propio pecho y arrancarse algo. No podía parar. Alumn, se estaba volviendo loco sólo de esperar.

Una mano gentil buscó su hombro. Él casi le gruñó, pero cuando dejó caer las manos, su rostro era cálido y amable, y ahora lo tenía, acercándolo, y era todo lo que podía hacer para no sollozar en sus brazos. —No puedo perderlos, Alice.

—Jungkook la encontrará. Es probable que ahora esté con ella, llevándola a casa.

No, no lo estaba. Podía sentirlo como hielo en su sangre. Algo terrible les había sucedido a ambos. Y Jimin estaba aquí. ¡Haciendo nada! Se separó de Alice.

—Estaré buscando durante toda la noche. No espero que nadie más lo haga. Entra, resguárdate, vuelves a empezar al amanecer.

—Jimin, es demasiado...

—No. Sólo... no lo hagas. Me volveré loco si no hago algo.

—Esto no es propio de ti. No estás pensando con claridad. Al menos ve con otro elfo de la Orden...

Se dirigió a la antorcha más cercana que estaba parada y apagada en su soporte, la arrancó y sacó el encendedor de su bolsillo.

El encendedor de fuego que Jungkook llevaba consigo.

Una vez habían compartido una fogata, en unas ruinas humanas, y Jimin le había preguntado si el huevo o el dragón era primero. Se habían encontrado en el roble caído y Jungkook encendió el fuego, y después, pasaron la noche bajo las estrellas. Jungkook los había salvado a todos cuando cayó la torre, y después, se despertó y le dio a Jimin este pedernal y acero, y le preguntó: ¿Qué es lo que sucede entre nosotros?

Alumn, no podía perder a su dragón.

Jimin golpeó el encendedor, haciendo saltar chispas, y encendió la antorcha, respirando en ella, haciendo brillar las llamas. Maldita sea la oscuridad, los encontraría a ambos.

—¿Jimin? S'il vous plaît. No vayas sólo.

Él la ignoró y se adentró en la oscuridad.

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